Las subidas del precio del tabaco --cigarrillos, cigarros puros y tabaco de liar--, como la aprobada el viernes vía impuestos por el Gobierno, deben repercutir también en una mejora de las condiciones económicas en las que los agricultores extremeños venden su producto a la industria trasformadora. Es lo que piensan y comparten tanto la Junta de Extremadura como el Partido Popular, aunque las vías que unos y otros proponen para lograrlo son bien diferentes.

El presidente regional, Guillermo Fernández Vara, se mostró ayer satisfecho por el incremento tributario sobre el tabaco decretado por el Gobierno y en vigor desde el lunes. "Se ha establecido en las mejores condiciones" para los intereses extremeños, reseñó. Bajo su punto de vista, esta modificación fiscal afecta en mayor medida a las marcas más baratas, que usan un producto de peor calidad; y beneficiará a marcas medias y a las más caras, que son las que compran tabaco en la región. Estás tendrán más margen comercial gracias a una reducción de la diferencia de precios entre unas y otras y a unas mejores condiciones fiscales.

Pero para Vara es clave que esta subida termine repercutiendo en el productor. Por ello propuso dos vías: primero, abrir una negociación entre el Ministerio de Medio Ambiente, la Consejería de Agricultura y las industrias para estudiar cuánto pueden incrementar éstas últimas los precios que pagan al agricultor; y segundo, realizar fuertes inversiones para bajar los costes de producción y atraer ayudas agroambientales hacia el cultivo.

Por su parte, el presidente del PP en Extremadura, José Antonio Monago, planteó ayer la necesidad de que el Gobierno central destine a los productores extremeños una parte de lo recaudado por la venta de tabaco. Concretamente sugirió dedicar al sector "al menos cuatro euros" por cajetilla, según recoge Europa Press. El líder de los populares extremeños, no obstante, se mostró poco esperanzado sobre las posibilidades de que esta propuesta prospere y aseguró que formulará varias preguntas al Gobierno en el Senado para conocer qué parte de la subida de impuesto al tabaco repercutirá sobre este cultivo en la región.

CRITICAS No obstante esta iniciativa ya se ha topado con las primeras críticas. La Junta manifestó su rechazo a la idea, que tachó de "rocambolesca", "disparatada" y "carente de lógica y seriedad". En su lugar abogó por conseguir un "precios justo" y equiparados a los que perciben los productores de países como Italia y Francia, muy superiores a los de España. En este sentido, la administración destacó que representantes de la Junta y del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino expusieron ayer ante la Comisión Europea en Bruselas el paquete de medidas de apoyo al sector que desde España se pretende implantar para paliar el desvío de fondos comunitarios hacia desarrollo rural. Este plan, según confirmaron desde la Consejería de Agricultura, debe estar aprobado antes del próximo 15 de julio.

También cuestionó la propuesta de Monago el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas. Desde esta organización agraria advierten que su aplicación es dudosa desde el punto de vista legal y que puede encontrarse con la oposición de Bruselas. Asimismo, subrayó que pactar precios entre las industrias y los productores puede infringir las normas de libre competencia de la Unión Europea. Para Huertas, la subida de impuestos sobre el tabaco aprobada por el Gobierno supone una "armonización fiscal" del mercado español respecto a otros países productores y beneficia a las grandes multinacionales, como Philip Morris o Imperial Tobacco-Altadis, que tendrán mayor margen de mercado y por tanto podrán mejorar las condiciones de compra a los agricultores.