Frente común en defensa de la mina de níquel de Aguablanca. El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, se reunió ayer con los representantes de UGT y CCOO, el comité de empresa y el alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, para aunar acciones e impedir el cierre del yacimiento tras el sorpresivo anuncio de Río Narcea Recursos de poner fin a la extracción de mineral. La empresa se justifica en el desplome de los precios del níquel y el cobre "a mínimos históricos", pero tanto el Ejecutivo regional como las centrales sindicales entienden que "no hay ninguna razón" para que se produzca el cierre, que afectaría de lleno a 400 familias extremeñas y andaluzas. Todos coincidieron al afirmar que la caída de los precios no ha sido tan "espectacular" como defiende Río Narcea y recordaron que la empresa tuvo en 2014 un beneficio de explotación de siete millones, a lo que se añade que en los últimos años ha recibido la cantidad "nada despreciable" de 7,6 millones de euros en subvenciones públicas.

"Esto no ha hecho más que empezar, haremos todo lo que esté en nuestra mano por salvaguardar los intereses de los 400 trabajadores y la propia Administración", afirmó Vara tras el encuentro con los sindicatos. El líder del Ejecutivo ha solicitado una reunión al Ministerio de Industria "tan pronto como sea posible" y ha intercambiado información con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, con quien se verá la semana que viene para implicar a esta región en la lucha. Tras insistir en que "no hay ninguna razón" para que la mina cierre, Vara señaló que los contactos con los sindicatos continuarán en los próximos días y aseguró que no tiene problema en reunirse con la empresa, aunque sí criticó sus formas.

En la misma línea, el secretario regional de UGT, Francisco Capilla, afeó a la empresa su "falta de sensibilidad" y tras reconocer que el anuncio de cierre les ha caído "como un jarro de agua fría", atribuyó la decisión de la empresa a "intereses ocultos", entre ellos irse a otros países para extraer níquel con mano de obra más barata. "De la noche a la mañana lo que era rentable y viable no puede ser inviable", dijo. El líder sindicalista se mostró "totalmente convencido" de que el cierre de la mina se puede parar y por ello instó al Gobierno a dar "una respuesta contundente". Por su parte, el responsable de CCOO, Julián Carretero, acusó a Río Narcea de "traición" por querer cesar la extracción sin justificación y exigió al Gobierno central que active todos los resortes para parar el cierre, incluso con la aplicación de medidas judiciales o coercitivas.

"Si el ministro Soria quiere, esto se para", indicó Carretero, que pide al Ejecutivo que sea exigente con la concesión hasta que se agote todo el mineral. El líder de CCOO señaló que Aguablanca "es nuestra Volkswagen" y alertó de que si se cierra la mina, se perderían 17 millones de euros anuales en salarios.

INDIGNACION El alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, puso de manifiesto "la sorpresa e indignación" por el anuncio de cese para una actividad tan importante para el municipio, aunque aseguró que la empresa lleva tiempo trabajando "con oscurantismo y sin ningún tipo de conciencia social" hacia los trabajadores y la comarca. Garrote consideró que se trata de "una decisión estratégica tomada los despachos, muy lejos de Monesterio y Extremadura", y asegura que desde el ayuntamiento no se contempla otra opción que no sea la continuidad de la mina, por lo que pide al Gobierno que haga "lo posible y lo imposible" para que no se cierre. El alcalde alertó que de otra forma, el incremento del desempleo en la comarca "sería insoportable", a lo que habría que añadir además las consecuencias sobre la despoblación.