Viviendas sostenibles, con una baja huella de carbono y un menor consumo de energía. Es el objetivo de un proyecto piloto que la Junta de Extremadura va a poner en marcha con el que se van a construir y rehabililitar 25 viviendas propiedad de la administración utilizando materiales reciclados y sostenibles, como cáscaras de arroz, corcho, kenaf o cenizas de biomasa.

La actuación se enmarca dentro del proyecto nacional denominado Life ReNatural NZEB, está coordinada por la Dirección General de Arquitectura y Calidad de la Edificación y la demostración se llevará a cabo en un total de 25 inmuebles. Así, se construirán de esta forma cuatro nuevas viviendas sociales en Ribera del Fresno y se rehabilitarán otras 21: un bloque de 16 viviendas sociales en el barrio de San Lázaro en Mérida; otras cuatro viviendas sociales pareadas en el barrio Santa Engracia en Badajoz; y un un edificio público en la pedanía pacense de La Bazana (de Jerez de los Caballeros).

«El proyecto ha de servir para promover y difundir los edificios de consumo de energía casi nulo en viviendas de la comunidad, tanto en obra nueva como en rehabilitación, actuando en 24 viviendas sociales de la región y un edificio público», asegura Alfonso Gómez Goñi, director general de Arquitectura y Calidad de la Edificación. Según concreta la Consejería de Movilidad, Transporte y Vivienda en una nota de prensa, lo que se pretende es reducir un 60% las emisiones de CO2 así como la energía embebida (el total de la que se consume en la construcción de un proyecto) a través del uso de esos materiales naturales y reciclados con baja industrialización. Además, pretende rebajar el 80% de demanda y consumo de energía durante el período de uso del edificio, reducir un 20% su peso así como disminuir un 50% los residuos producidos durante su construcción.

INVESTIGACIONES / Para conseguir estos objetivos se usarán materiales como el kenaf que es una planta fibrosa con excelentes propiedades acústicas y térmicas o la cáscara de arroz, un subproducto agroindustrial que puede reemplazar el aislamiento en cámaras y cubiertas y puede reducir la energía embebida y las emisiones tóxicas de materiales como el poliuterano o el poliestireno. Además, se usará la ceniza de biomasa, un material utilizado en agricultura como fertilizante y que numerosas investigaciones demuestran que puede reemplazar el 25% del cemento portland en hormigones y morteros de construcción.

Otros materiales a emplear serán la madera, muy utilizada en varios países de la Unión Europea y con un uso mínimo en España y Portugal, y el corcho, muy útil para el aislamiento. También se utilizarán bloques de tierra comprimida extraída del propio terreno para ahorrar las emisiones de CO2 que generaría su transporte y se apostará por las fachadas y cubiertas vegetales con un doble ahorro de emisiones, ya que utilizan materiales con baja energía para su construcción como textiles naturales y tierra. Además, las plantas absorben dióxido de carbono y sirven de aislamiento natural al edificio, informa la nota.

Según explica el director general de Arquitectura, esta idea ha surgido «en un escenario en el que los edificios representan un 40% del total de la energía consumida de la Unión Europea, produciendo un 35% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero y, además, todos los residuos procedentes del sector de la construcción suponen un 33% del total de los residuos generados a lo que se une la obligación que tenemos de descarbonización del parque de viviendas». Así, para valorar la repercusión final de la iniciativa se una a realizar mediciones previas en los imbuebles a rehabilitar para comparar los consumos de energía». Life ReNatural NZEB se desarrollará hasta 2021 a cargo de socios españoles y portugueses vinculados a labores de investigación y difusión en el campo de la construcción, entre los que se encuentran ITeCons, Cicytex, Intromac, Urvipexsa y la Universidad de Córdoba.