La vida de Pinto --Gerardo Antón--, un pastor del municipio cacereño de Aceituna, bien podría ser la trama de una novela pero ha quedado registrada en un libro de historia. Este maquis, que a sus 89 años sigue firme en sus convicciones políticas como comunista, recordó ante un auditorio de medio centenar de universitarios sus vivencias en la sierra con El Francés, un jefe guerrillero que marcó la lucha en la región, o Durruti. "La guerra no terminó el 1 de abril como decía el fascismo", asegura este hombre que hasta 1948 permaneció escondido combatiendo al régimen franquista con una multicopista "que teníamos para repartir luego propaganda por los pueblos" o con las armas.

"Tampoco tengo escrúpulos en decir que también entrábamos en los pueblos a ajusticiar. Recuerdo cuando yo y otros sacamos de su casa a uno que tenía 40 años que se jactaba de haber tirado al Tajo a 40 o 50 personas", asegura el maquis.

Tras esta lucha de guerrilla pasó 30 años en el exilio en Francia, desde 1948 hasta 1978, año en el que pudo regresar a España y votar.