La patronal considera que la evolución de este contrato de formación y aprendizaje «ha sido desfavorable» debido a las dificultades asociadas a su utilización. Y basan su argumento en los datos oficiales: en los dos últimos años, se han reducido desde los 174.923 del 2015 a los 48.317 del 2017. Por ello la CEOE exige modificaciones para que sea «una alternativa real», como eliminar el criterio de edad, que es «excluyente», para primar la carencia de capacidades formativas para el desempeño del puesto de trabajo.

Así se recoge en el informe El aprendizaje: clave de la mejora de la empleabilidad y la competitividad, un texto que remitió ayer a las secretarías de Estado de Empleo y de Educación.

La CEOE quiere que se eliminen las restricciones en el caso de trabajos a turnos o con nocturnidad y horas extra, un inconveniente por el que se desestima esta vía de contratación, porque «determinados procesos productivos conllevan necesariamente contemplar una o ambas circunstancias».

El fin, básicamente, es que la flexibilización del contrato de formación esté encima de la mesa de diálogo social entre Gobierno, patronal y sindicatos, junto a la recuperación del contrato relevo o las prácticas no laborales. Precisamente, sobre becas y prácticas, la patronal plantea en su documento «no regular normativamente las percepciones económicas» para los becarios porque «pueden limitar la capacidad de la empresa a acoger a estudiantes en prácticas». redacción