"Puede ser una buena opción para reducir el consumo abusivo de la bollería industrial nada o poco saludable, que es una auténtica bomba hipercalórica para los chavales", señala Jara Fernández, que realiza talleres sobre alimentación saludable por varios centros educativos.

No obstante, advierte que esta medida, por sí sola, no será del todo efectiva, si no va acompañada de una educación en hábitos positivos de la conducta alimentaría, tanto para los alumnos como para sus familiares, "pues de nada sirve retirar estos productos de ciertos lugares, si en casa se siguen tomando como alimentos principales del desayuno y la merienda". Una opción más, que Fernández plantea, es la de sustituir la bollería industrial, las golosinas, refrescos... por otros alimentos más saludables como bocadillos, frutas o zumos "ya que cada vez vemos como ha aumentado el número de chavales que sustituyen el agua en las comidas por refrescos de cola".