Que se consiga dotar de los mejores medios a la Audiencia Nacional; hacer de ella una audiencia dinámica, moderna y que responda a las exigencias y necesidades del siglo XXI; crear un buen clima de trabajo; y proyectar la imagen de la Audiencia a la sociedad de una manera muy directa, de forma que se conozca el trabajo, "difícil, difícil", que realizan sus componentes, es el mayor deseo de Angel Juanes ante la nueva etapa profesional que ahora inicia.

-- Es su deseo para la Audiencia Nacional, pero en líneas generales, ¿cómo ve Angel Juanes en estos momentos, a raíz de la huelga de jueces, de funcionarios... la situación de la justicia española?

-- Yo creo que la sociedad española actual es una sociedad muy dinámica, viva..., y la judicatura no está, evidentemente, fuera de ese dinamismo. La sociedad ha progresado mucho, tiene nuevos problemas y lógicamente también en el ámbito judicial se ha producido un cambio de mentalidad que hay que entender. Además, hay que tener en cuenta que se ha producido un cambio generacional importante. Que hoy en día los jueces tienen un enfoque de los problemas quizás distinto del que pudimos haber tenido en otra época. Y hay que tener en cuenta igualmente que soportan una carga de trabajo cada día más importante.

La sociedad exige cada día más a los jueces y, por tanto, los jueces también, lógicamente, reivindican, quieren contar con más y mejores medios materiales y humanos para dar respuesta a las necesidades de la sociedad y a las exigencias cada vez mayores que tienen. No es nada preocupante, sino consecuencia del mayor dinamismo de la sociedad y de los nuevos planteamientos y exigencias que se hacen a la judicatura, la cual, ante todo ello, hace una serie de reivindicaciones que yo creo que hoy en día han entrado en una fase de diálogo bastante importante y que, estoy convencido, culminará de una forma positiva tanto para la judicatura como para la sociedad en general. No hay que olvidar que resolviendo esta problemática la que sale beneficiada es la sociedad española.

-- Y aunque separado de ella casi 6 años, ¿cómo ve, en concreto, a la justicia extremeña?

-- La veo con un cierto aire de nostalgia, con mucho cariño y afecto, aunque ya también con una cierta distancia, no en el sentido espiritual, pues yo con Extremadura sigo absolutamente unido, pues para mí ha sido realmente clave mi sentimiento de extremeñeidad, pero sí en el profesional. Cuando uno se va deja de intervenir, y aunque lo sigo todo con mucho interés, la verdad es que ya no tengo un conocimiento directo, como tenía antes, de cuál es la situación. La vivo, insisto, con un gran sentimiento de cariño y afecto, y sabiendo, además, que la Justicia en Extremadura siempre ha funcionado notablemente bien y que seguirá funcionando igual.

-- En cuanto a las transferencias, ¿aboga por ellas en todas las comunidades?

-- Con carácter general yo siempre he sido partidario, pero ya no se trata de estar a favor o en contra, sino de que no es lógico que haya autonomías que tengan asumidas las transferencias y otras no. Yo siempre he pensado que todo lo que sea acercar la resolución de los problemas a cada comunidad autónoma es en sí mismo positivo, y por tanto entiendo que las transferencias pueden ser buenas. Pero es que, además, las transferencias en materia de Justicia tienen que hacerse porque ya prácticamente todas las comunidades las tienen y para que el sistema funcione tiene, lógicamente, que obedecer a un criterio uniforme, homogéneo.