«Los pacientes no tienen la culpa del cambio de empresa, del servicio depende la salud de las personas, en muchos casos, la vida de la gente está en juego y esto se tenía que haber previsto». Lo decía ayer visiblemente indignada la hija de uno de los numerosos pacientes que ayer sufrió las consecuencias del cambio en el servicio del transporte sanitario.

Florencio Molano, vecino de Plasencia de 65 años, tenía cita a las diez de la mañana en el hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres para la revisión de un marcapasos. A las ocho, él y su mujer esperaban en la calle a la ambulancia y, una hora después, cansados de esperar, llamaron a su hija. Esta tuvo que dejar rápidamente a sus hijos en el colegio y llamar a su trabajo para pedir permiso y poder trasladarles hasta Cáceres.

«Si no hubiera sido porque yo he podido, mi padre habría perdido la cita, y a saber cuándo le habrían dado una nueva».

Lo grave para ellos es que ayer fue el segundo día en que se encontraron con problemas porque el miércoles, Florencio tenía cita para someterse a diálisis en Plasencia. En esta ocasión, al no llegar la ambulancia a recogerle, optó por acudir andando, pero a la salida, de nuevo sin ambulancia, tuvo que llamar a su hijo para que le llevara a casa. «A veces, cuando sale, no puede ni andar, o tiene hemorragias, si no hubiera estado mi hermano, ¿qué habría hecho mi padre?»

Esta familia reclamó ayer por escrito en el hospital y les dijeron que «la primera empresa había borrado la base de datos, pero ese no es el problema de los pacientes. Esto es un caos y no hay derecho, los extremeños no somos borregos».

Ayer, en las redes sociales, numerosos usuarios se quejaron de falta de ambulancias y de haber tenido que recurrir a taxis o familiares para dializarse o sesiones de radioterapia. R. R.