Las diferencias en la forma de hablar que hay en Extremadura pueden ser tantas como pueblos se cuentan en su geografía, y todas y cada una de ellas con sus peculiaridades.

La Güiquipedia pretende recoger en un mismo saco todas estas variantes, desde las hablas de localidades como Rebollar, Garrovillas y Serradilla, pasando por el chinato de Malpartida de Plasencia el altoextremeño de Madroñera y Berzocana, pasando por el bajoextremeño más propio del sur de la región o las peculiaridades de las expresiones de los vecinos de Cilleros o Villamiel. Si el rasgo más característico del extremeño cuando habla es que omite las eses, la riqueza en su lenguaje tiene en el astur leonés su principal fuente de inspiración, como el cierre general de las vocales átonas dando como resultado un libru o un hierru .

Entre los rasgos propios extremeños destacan hablas propias del andaluz como la sustitución de la terminación en -l por la -r (rompel, trael...) o la omisión de esta última (rompé, traé). Más allá de los usos del lenguaje, la versión extremeña de la Wikipedia ofrecerá al mundo miles términos como lambucear , que es aquel que come de cada cosa un poco, pingajo , que es un trapo viejo, o un espiche , que es un botijo. En Extremadura también se puede jugar al repión , que no es otra cosa que una peonza, o a los bolindres , que para el resto de los españoles son las canicas.