Cuatro meses después de que IU decidiera en Extremadura facilitar que el PP presidiera la Junta de Extremadura, el coordinador general de la coalición, Caya Lara, sigue lamentando las cosecuencias de una decisión que considera errónea. En su condición de candidato de IU a la Presidencia del Gobierno de cara al 20-N, Lara dio ayer un paso más en su discurso al asegurar que los tres diputados autonómicos de la coalición en Extremadura incurrieron en un "error político importante" y, lo que es más grave, incumplieron la "palabra dada" a los extremeños.

"No brindamos con champán, ni con cava ni con vino", señaló Lara en el Foro Nueva Economía, donde reiteró que la organización regional quedó "fuera" de la política general de IU cuando tomó aquella decisión que contraviene los acuerdos federales.

Las elecciones generales del mes próximo suponen una reválida para la coalición izquierdista tanto en clave regional como nacional tras la decisión tomada por los diputados extremeños Pedro Escobar, Víctor Casco y Alejandro Nogales. El coordinador regional del partido ha asegurado en distintas ocasiones en los últimos meses que el 20-N, con los resultados que el partido coseche en Extremadura, determinará su obraron bien o mal. Una mayoría de la cúpula y las bases de IU en la región defendieron que lo que el electorado extremeño había querido decir al brindarles su apoyo era que movieran ficha para la renovación en Extremadura y que ese cambio pasaba por desalojar al PSOE del Gobierno autonómico.

A nivel nacional, Cayo Lara cree que el PSOE necesita una revolución interna "importante" para rescatar la socialdemocracia y solo así podrían darse las condiciones para que IU pudiera llegar a "posibles" acuerdos con los socialistas. No fue muy claro sobre si IU apoyaría al candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el caso de que el PP no lograra el 20 de noviembre la mayoría absoluta que auguran las encuestas y requiriera de los votos de IU para acceder al Gobierno. Sí ha dicho que el PSOE, al negarse a reformar la Ley Electoral para un reparto más justo de los escaños, ha claudicado ante la "oportunidad" de que todos los votos de izquierda se conviertan en parlamentarios.