"La situación es dificil, las importaciones están impidiendo que la producción nacional funcione", asegura Pablo Guerrero, director de compras de Bionergética Extremeña (Bionex), la planta de Valdetorres pionera en producción de biodiésel en la región. Esta empresa salió de un concurso de acreedores en diciembre pasado y actualmente su ritmo de actividad representa un porcentaje bajo sobre su potencial de producción. Guerrero valora positivamente la reciente iniciativa del Gobierno de elevar el nivel obligatorio de consumo de biocarburantes sobre el total de hidrocarburos (del 5,9% al 7%), siempre que eso signifique aumentar la demanda de biodiésel español y que el diferencial con el nivel anterior no se cubra con importaciones.

Solo si sucede así, cree que se garantizará la viabilidad "de gran parte" de las plantas españolas (actualmente están paradas un 90% de ellas). Eso sí, no considera que el sector tenga ya mucho margen de crecimiento: "No creo que se construyan más plantas de biodiésel en España hasta que el Gobierno introduzca cambios para mejorar al sector". Guerrero considera básico, además, que se dé estabilidad al marco regulatorio de este sector, ya que "es muy difícil que los principales operadores petrolíferos puedan cerrar acuerdos de suministro de biodiesel en un entorno tan cambiante y con unas importaciones subvencionadas en origen".