Liberbank prepara un nuevo plan de ajuste que afectará a cerca de mil empleados en todo el país y que en Extremadura se traducirá en 198 despidos y el cierre de 78 de sus 210 oficinas, casi el 40%. Así lo anunció ayer a los sindicatos el grupo creado por Caja de Extremadura, Cajastur-Banco CCM y Caja Cantabria en la primera reunión entre la dirección de la entidad y los representantes de los trabajadores sobre este recorte. En el resto de entidades que forman Liberbank se plantean 172 despidos en Asturias, 310 en Castilla-La Mancha, 185 en Cantabria y otros 116 en las zonas de expansión.

El banco busca un acuerdo laboral con los sindicatos sin Expediente de Regulación de Empleo (para eludir costes asociados de este procedimiento) para deshacerse de 979 de los 5.200 empleados en todo el país mediante bajas voluntarias e incentivadas, lo que supondría recortar la plantilla un 20%. Sin embargo, según explican desde el sindicato CSICA las condiciones de dichas bajas no son ventajosas para que se produzcan de forma voluntaria.

En la reunión de ayer, la empresa planteó que aquellos empleados nacidos entre los años 1959 y 1960 podrán acogerse a bajas voluntarias de manera progresiva en lo que queda de año y a lo largo de 2017, lo que permitirá la salida de unos 400 trabajadores, mientras que al resto, unos 600 trabajadores, se les propone marcharse con 30 días de salario por año trabajado y un máximo de 20 mensualidades, pero en ningún caso la indemnización podrá superar los 120.000 euros. "Las condiciones de salida mejoran muy poco lo que establece la reforma laboral, es un verdadero varapalo; es como si el banco estuviera en quiebra", denuncia Miguel Angel Rodríguez, de CSICA.

Tras la reunión de ayer por la mañana el sindicato tiene previsto convocar asambleas en los próximos días, mañana viernes o sábado, para informar a los trabajadores y estudiar posibles movilizaciones ante este nuevo ajuste que la entidad quiere llevar a cabo cuando antes por razones organizativas, según el argumento esgrimido ante los representantes de los trabajadores. El grupo está inmerso en un plan piloto para transformar su red de oficinas.

"SALVAJE" Los despidos anunciados afectarían principalmente a las oficinas más pequeñas de la región, aquellas que se asientan en las zonas rurales, que apenas disponen de entre uno y tres trabajadores, puesto que la apuesta del banco son las oficinas más grandes. "Es una situación dramática, no esperábamos un ajuste tan salvaje", confiesa Rodríguez. El plazo de ejecución del ajuste, con carácter general, será hasta el 30 de junio del 2017.

El recorte anunciado en el conjunto del país afecta principalmente a la red de sucursales de Liberbank, donde se plantean 640 despidos, mientras se barajan unas 300 salidas de los servicios centrales de la entidad financiera, situados gran parte de ellos en Castilla-La Mancha.

Empresa y sindicatos se han citado de nuevo el próximo lunes, 23 de mayo, para seguir negociando este plan de ajuste que desde CSICA esperan poder mitigar reduciendo el número de trabajadores afectados y aumentando las condiciones de salida aunque sin muchas esperanzas: "este banco se caracteriza por no mover ficha", lamenta Rodríguez. Estas nuevas bajas presentadas ayer son adicionales a los 500 asalariados que abandonarán el banco en este año y el próximo tras haberse acogido a la propuesta bilateral de bajas incentivadas voluntarias que hizo la empresa en 2015. Entre ambos ajustes, Liberbank pasará de tener 5.100 empleados en toda España a poco más de 3.500.