La limitación de la velocidad máxima en las vías convencionales de 100 a 90 km/h alejará aún más a Badajoz y Cáceres, capitales provinciales unidas por una carretera que empresarios, transportistas, estudiantes y otros usuarios que la utilizan habitualmente consideran un «lastre» para su actividad diaria, según han manifestado a Efe.

Todos ellos consideran que la decisión de reducción de la velocidad tomada por el Gobierno para las carreteras convencionales hace aún más necesaria la llegada de la ansiada autovía que una ambas capitales provinciales o, en el peor de los casos, desdoblamientos en las zonas de tráfico más lento.

El secretario general de la Confederación de Empresarios de Extremadura (Creex), Francisco Javier Peinado, que utiliza habitualmente esta carretera, la considera una rémora para la actividad económica de la comunidad.

La decisión del Gobierno central, que en el caso de la EX-100 afecta a 78,3 kilómetros, hará que muchas más personas decidan tomar la autovía por Mérida para llegar a su destino, aunque esta circunstancia suponga recorrer más kilómetros, apunta.

El candidato de Badajoz Adelante (BA), Antonio Manzano, ha hecho hincapié en la pérdida de negocio que provoca la carretera, sobre todo en el caso de la capital pacense, al «no estar conectada con autovía con el norte». «Parece muy seguro que empresas como Ikea finalmente no se instalarán en Badajoz si no hay autovía con Cáceres», advierte.

Badajoz Adelante, que recogió el pasado verano más de 10.000 firmas para exigir la autovía entre las dos capitales, lamenta que ambas ciudades deban vivir ahora «aún más de espaldas» porque el Estado y la Junta de Extremadura no hayan impulsado anteriormente la autovía, pese a haberse comprometido años atrás a ello.

El universitario Hernán Álvarez ha señalado que con una autovía muchos universitarios pacenses y cacereños que no estudian en su ciudad podrían volver a ella en el mismo día, de igual forma que hacen los funcionarios de Badajoz que trabajan en Mérida.

El presidente de la Unión de Cooperativas de Transportistas de Extremadura (Ucotranex), Rafael Rodríguez, considera por su parte que sería «muy importante» que al menos la carretera se desdoblase en los puntos más lentos.

Muchos son los camiones que circulan por esta carretera hacia el norte, según Rodríguez, que vaticina «más taponamientos en algunos tramos».

A este respecto, todos coinciden en que la hora que un turismo tardaba en recorrer la carretera no se incrementará unos diez minutos a causa de la limitación a 90 km/h, sino en más tiempo, pues los tapones serán más habituales en las zonas más lentas y generará un mayor nerviosismo en los conductores en una vía ya de por sí peligrosa.