Informar sobre el sida, los métodos anticonceptivos y el riesgo de la ingesta de la píldora del día después de forma verbal y por escrito. Este es el nuevo cometido que tienen los farmacéuticos de la región desde que se puede vender este medicamento sin receta y sin límite de edad, esto es, desde ayer. Tres folletos informativos, que aún no han llegado a las farmacias extremeñas, se entregarán con cada pastilla de urgencia que se venda, siempre que la usuaria los acepte, claro.

"Nuestra misión es dar la máxima información posible y sobre todo dejar claro que no es un método anticonceptivo, si nos quieren escuchar", explica el farmacéutico José Pablo Torres Asensio, en Cáceres. Aún no había vendido ninguna de estas pastillas en su farmacia ayer al mediodía. "No tenemos un número previsto de ventas. Hasta ahora se vendía alguna con receta cada cierto tiempo sobre todo porque en los centros de planificación es gratis, pero tampoco aumentará la demanda en exceso", confiesa Torres.

Consciente de la objeción de los profesionales que cobra fuerza con esta nueva norma del Ministerio de Sanidad, opina que es un poco absurda, "porque sino te la vendo yo, te la vende mi compañero, y sino tengo el deber de indicarte alguna otra farmacia que te la facilite".

Pero los profesionales que utilicen la objeción, un derecho personal e individual de un profesional y no de un establecimiento, y se nieguen a dispensar serán "casos excepcionales", explica Cecilio Venegas, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz. Estos serán "unidades", pueden rondar la decena de entre los casi 1.500 colegiados en la región. "En la objeción están en juego el derecho personal del profesional y el derecho colectivo al acceso de este medicamento, por lo que hay que ser sensatos --reclama Venegas-- para que ambos pueden coexistir".

Una cuestión en la que coincide su homólogo en Cáceres, Pedro Claros. "Objetar es posible pero hay deber de dispensación. Si ocurre en Cáceres por ejemplo no hay problema, lo que me preocupa es que en un municipio con una sola farmacia se de el caso."

La demanda de esta pastilla, una única dosis que cuesta 18 y 18,75 euros según las marcas --Norlevo o Postinor-- puede aumentar, según la presidenta del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, Carmen Peña, pero "la liberalización del medicamento no significa que la gente vaya a cambiar de hábitos sexuales", reconoce Claros. Sobre todo porque "se trata de una descarga hormonal bastante potente". La píldora de urgencia "al final ha quedado con la misma categoría legal que la aspirina", resume.

Según Venegas, aunque no se controle a la usuaria, si se hará al medicamento. Por eso, las farmacias impulsarán la "farmacovigilancia". "Hay que controlar los efectos ante un uso mayor. Aunque no nos parezca la mejor medida, seguiremos siendo farmacéuticos y no policías".