Quienes ayer se acercaron a una estación de servicio para echar gasóleo o gasolina a su vehículo se encontraron con un regalo por el nuevo año, pagar más por el combustible. Y es que desde ayer el litro de gasolina es 2,4 céntimos más caro y el de gasoil ha subido 2 céntimos, atendiendo al denominado céntimo sanitario, una medida aprobada el pasado 17 de diciembre en el pleno de la Asamblea con los votos a favor del PSOE y en contra del PP, que busca pagar más por el combustible para financiar la sanidad. Afecta a todos los conductores, salvo a los profesionales del transporte, y la Junta prevé ingresar con este tributo en torno a 20 millones de euros anuales. Así, el gasoil oscila ya entre 1,21 y 1,26 euros el litro; y la gasolina entre 1,28 y 1,39 euros el litro. Esto supone que llenar un vehículo de gasoil con un depósito de 50 litros cuesta un euro más, y el usuario pagará entre 60 y 63 euros, dependiendo del tipo de gasóleo que utilice. En el caso de la gasolina, ese mismo depósito lleno supone 1,20 euros más, y desembolsar entre 64 y 70 euros.

Por ello, más de un usuario se llevó ayer una sorpresa al repostar. "Cobramos más desde anoche --por Nochevieja--. Aunque la gente aún no se ha enterado muy bien de por qué lo hacemos", dijo uno de los dependientes de Mirat, una de las gasolineras más céntricas y con más número de usuarios de la ciudad de Cáceres. "¿Pero qué ha pasado? Esto es increíble nos suben la luz, el gas y ahora también la gasolina", relataba una clienta al dependiente. El enfado de la mujer fue aumentando cuando éste le explicó el fin de este incremento. No fue la única. En menos de cinco minutos entraron cuatro personas más y ninguna se explicaba el por qué de la subida. "Como están las cosas y ahora dos céntimos más por litro. Así no vamos a ningún lado", comentó otro cliente.

ENFADO DE LOS EMPRESARIOS Al margen de a los usuarios, la medida no ha gustado nada a los empresarios extremeños. Casto Bravo, presidente de la Asociación Regional de Empresas y Estaciones de Servicio, la considera una "barbaridad", porque "quien paga el pato son los usuarios y las gasolineras". En su opinión, mermará los ingresos de las estaciones de servicio "que han caído ya un 15% de media en un año" por los "precios disuasorios", y con este tributo "las cosas se van a poner aún peor".