La Semana Santa cacereña, a falta de la procesión de hoy domingo, ha sido de las más lluviosas que se recuerdan, con doce procesiones suspendidas (Victoria, Humildad, Salud, Cristo de las Batallas, Cristo del Perdón, Amparo, Vera Cruz, Humilladero, Jesús Nazareno, Expiración, Estudiantes y Santo Entierro) y otras cuatro con sus recorridos alterados por el mal tiempo (Esperanza, Sagrada Cena, Amor y Jesús Condenado). Solo La Burrina, la Misericordia, el Señor de las Penas, el Cristo Negro y la Virgen del Buen Fin han logrado completar sus recorridos oficiales. Desde luego, esta Pasión 2013 ha sido la más lluviosa de la última década.

Respecto a la jornada de Viernes Santo, la más intensa del calendario penitencial, solo Jesús Condenado logró iniciar su recorrido, mientras que la comitiva de Jesús Nazareno con sus nueve pasos no pudo salir de Santiago, y tampoco lo hicieron la hermandad de la Expiración ni de los Estudiantes. Lo mismo que ocurrió en 2011. Ya por la tarde, el Santo Entierro realizó la ceremonia del Descendimiento en las puertas de la ermita de la Soledad, pero la procesión quedó finalmente suspendida.

La Madrugada

La primera cita cofrade de la Madrugada deparó uno de los momentos más entrañables y emotivos de esta Semana Santa 2013, cuando se abrieron las puertas del Palacio Episcopal para dejar paso al cortejo enlutado de la Hermandad Universitaria de Jesús Condenado, cuya imagen salió bajo los acordes de un trío de cuerdas que interpretó, entre otras, 'La Madrugá', de Abel Moreno, una pieza de hondo sentimiento en el ámbito cofrade. El paso, con dos turnos de carga, salió bajo una lluvia débil, de hecho puede hacerlo por ser una talla de reciente creación, preparada para ello. No obstante, los hermanos de la cofradía cacereña más joven (fundada en 2011) optaron por acortar el itinerario por Mangas, plaza de los Caldereros, Adarve, Arco de la Estrella y recogida en la Paz, donde la música de las violas y el violonchelo volvió a recibirles.

A las cinco en punto estaba prevista la salida de una procesión especialmente significativa de la tradición local, La Madrugada, con nueve pasos acompañados por un millar de hermanos de Jesús Nazareno, músicos y mantillas. No pudo ser. Como ocurriera en 2009 y 2011, la imagen cacereña por excelencia, Jesús Nazareno (1609), volvió a quedarse en el templo junto con La Magdalena, La Caída, La Verónica, El Calvario, Cristo de los Milagros, Cristo de las Indulgencias, Exaltación de la Cruz y Virgen de las Angustias. Ello no impidió que Juan Corrales cantase sus saetas y que la banda de Jesús Nazareno volviera a dar lo mejor de sí.

Otras suspensiones

Ya por la mañana, la Cofradía de la Expiración tampoco pudo iniciar su larga estación de penitencia porque a esas horas la lluvia ya era continua. Y ello pese a que la hermandad había previsto varias alternativas si el tiempo daba una tregua. El Cristo de la Expiración (talla del siglo XIV) y Nuestra Señora de Gracia, entre claveles, rosas y gladiolos, tendrán que esperar otro año para salir a las calles cacereñas, como le ha ocurrido a decenas de pasos desde el Sábado de Pasión.

A las doce del mediodía, la cofradía del Cristo del Calvario tenía claro que la salida era imposible. Por ello, los hermanos se entregaron a un acto en Santo Domingo donde no faltaron los cultos, homenajes y recuerdos, y momentos muy especiales como la interpretación de las marchas 'La muerte no es el final', en memoria de los cofrades difuntos. El Cristo de los Estudiantes, una bella imagen del siglo XVI, llevaba su manto de claveles rojos, mecido a hombros de los hermanos en el templo.

Y al anochecer, la cofradía de la Soledad y Santo Entierro también suspendió su salida, aunque realizó la ceremonia del Descendimiento en el exterior de su propia ermita con la representación de las dieciséis hermandades cacereñas, del obispo y de las autoridades de la ciudad. Cofrades de la Vera Cruz y de la Soledad bajaron a la centenaria talla articulada de la Cruz y la trasladaron hasta la urna, que fue presentada a la Virgen de la Soledad, que aguardaba también junto a la ermita a hombros de los hermanos. Finalizado el acto, las tallas volvieron al interior del templo.