No pudo ser. La fecha de ayer marcó un antes y un después en la historia de las cofradías de las iglesias de Santo Domingo y de San Andrés de Badajoz, que después de 24 años (desde 1984) saliendo todos los Miércoles Santos con puntualidad, anoche tuvieron que suspender sus procesiones tal como estaban previstas, aunque el Descendimiento y la Virgen de la Esperanza dieron una breve vuelta en la plaza San Andrés. De madrugada estaba anunciada la procesión penitencial de la Concepción, pero a la hora de cierre de esta edición, todavía no había tomada una decisión.

La junta de gobierno de la Cofradía del Santísimo Cristo del Descendimiento y María Santísima de la Piedad y Nuestra Señora de la Esperanza decidió pasadas las nueve de la noche (tenía que salir a las 20.30 horas) que sus dos pasos saldrían pero solo para dar una vuelta a la plaza, para satisfacer a la gran cantidad de gente que se había congregado a ver salir el Descendimiento, el paso más monumental de la Semana Santa pacense. Tampoco sacaron todos los estandartes, solo los dos escudos del Cristo y la Virgen y las filas de nazarenos con sus cirios.

Por la mañana, el secretario de la cofradía, Carlos Mangas, se congratulaba de que esta procesión llevaba más de 20 años saliendo, aunque ya se temía que la buena racha se iba a truncar esa noche. Este año, como novedad, el Cristo llevaba cuatro cirios en las esquinas, en sustitución de los cuatro faroles que se están restaurando.

DESPEDIDA Aun más precavidos fueron en la iglesia de Santo Domingo. El hermano mayor, Joaquín Rodríguez, que se despide de su cargo después de diez años al frente, tenía claro desde por la mañana que no podía poner en riesgo todo el patrimonio de la hermandad si no le aseguraban un cielo abierto. Esta cofradía saca los Miércoles Santos cuatro pasos: Nuestro Padre Jesús Nazareno del Amparo, el Santísimo Cristo de la Fe, la Piedad y María Santísima del Mayor Dolor, que en esta ocasión estrenaba varales regalados por varios hermanos. La junta de gobierno estuvo reunida hasta momentos antes de la hora prevista de salida (21.00 horas) y finalmente decidió suspender el desfile. Para contentar a los fieles, abrieron la iglesia para que pudieran entrar a ver mover los pasos y escuchar tocar a la banda de cornetas de los santos de Maimona y a la asociación Maestro Gabi de Badajoz.

María Teresa Valor Salas, hermana mayor de la Concepción, confiaba ayer en que la lluvia parase de madrugada, para que otro año más la plaza Alta se iluminase con los pebeteros que portan los penitentes en una procesión que su abuelo, ya fallecido, ideó en 1988.