Las lluvias tuercen una campaña que se preveía "excepcional" para los regadíos extremeños. La organización agraria UPA-UCE denunció ayer la "catastrófica" situación en la que se encuentran cultivos como el tomate, el maíz y los frutales tras el agua caída en las últimas semanas, hasta 140 litros por metro cuadrado en algunas zonas que provocarán daños "millonarios" a los agricultores de las Vegas del Guadiana, el valle del Alagón y el Tiétar. "Pérdidas habrá seguro", confirma el presidente de Coag, Juan Moreno, y tampoco desde Apag Extremadura Asaja ocultan su preocupación, si bien su presidente, Juan Metidieri, recuerda que todo dependerá finalmente de la evolución que siga la climatología en los próximos meses.

Tras las intensas lluvias y tormentas de las últimas semanas, para el secretario regional de UPA-UCE, Ignacio Huertas, "está claro que las buenas previsiones se han ido al traste y estamos ante el arranque de una campaña calamitosa". La organización ha solicitado una reunión a la Consejería de Políticas Agrarias para tratar la situación y también ha exigido la convocatoria de la Mesa de Adversidades Climáticas al Ministerio de Fomento para establecer medidas que permitan a los agricultores afrontar el incremento previsto en los costes de producción. Entre otras, plantean la inclusión de módulos fiscales, que se habiliten préstamos blandos y que se agilicen las peritaciones de Agroseguro dado que en los cultivos afectados el porcentaje de aseguramiento es alto.

Según Huertas, aún no se pueden ofrecer datos concretos acerca de la pérdidas ya que son muchos los agricultores que todavía no han podido tener acceso a su parcelas dadas las inundaciones que presentan las tierras, pero sí avanzó que el cultivo más perjudicado es el tomate. La superficie de producción ha aumentado este año hasta las 24.000 hectáreas y todas, en mayor o menor medida, se van a ver afectadas. El 80%, unas 19.000, ya estaban plantadas y una parte importante se tendrá que revolver, lo que implica volver a sembrar puesto que las semillas que no han germinado morirán por encharcamiento y asfixia. El resto seguirá adelante "pero con mucho más gasto" porque será necesario tratar con fitosanitarios los problemas de hongos y bacterias causados por el agua acumulada.

RECOLECCION TARDIA El 20% restante, unas 5.000 hectáreas, aún no se han plantado y acumulan un importante retraso, a lo que hay que sumar, según explica el presidente de Coag, Juan Moreno, que las plantas que se guardaban en los invernaderos ya están deterioradas. Los atrasos en la siembra provocarán a su vez recolecciones tardías y posiblemente, aglomeraciones en la entrega del producto. Ante esta situación, Huertas señaló que a los agricultores les será imposible mantener el volumen de contratación con la industria y dado que se trata de una "fuerza de causa mayor", pidió al sector "que sea sensible" y no presione a los productores.

Además del tomate, también el maíz y los frutales se han visto afectados por las últimas lluvias. En cuanto al primero, al menos 2.000 hectáreas de las 48.000 con las que cuenta esta campaña se tendrán que revolver, "con el coste que ello implica", según datos de UPA. En los frutales el daño es menor, pero aún así será necesario tratar 15.000 hectáreas con fungicidas, lo que implicará un coste de entre 200 y 250 euros por hectárea. Además, igual que ocurre con el tomate, se prevé un retraso en la recolección de las variedades más tempranas. Esto, explica Moreno, podría perjudicar la entrada del producto en los mercados, pues cuanto antes se accede los precios son más altos, y también porque después la fruta extremeña podría competir con la de otras zonas.

LIMPIEZA DE CAUCES Al margen de los fenómenos adversos, el secretario de UPA recordó que en muchos casos las inundaciones están provocadas por el estado en el que se encuentran los arroyos, cauces y márgenes de los ríos. Así, pidió a las confederaciones hidrográficas que actúen y "hagan un trabajo que permita no generar problemas", pues algunas zonas como el Arroyo del Regajo en Don Benito, el Guadiana a su paso por Santa Amalia o los ríos Ruecas y Búrdalo no se limpian "desde hace 20 años".

El presidente de Coag, Juan Moreno, coincidió con Huertas al afirmar que las últimas lluvias han provocado daños a los cultivos de regadío, especialmente el tomate, y aunque por ahora no puedan cuantificarse, no descarta que en algunos casos lleguen a alcanzar el 50%. No obstante, Moreno abogó por esperar a ver cómo evoluciona la climatología en los próximos meses. En esa misma línea, el presidente de Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri, reconoció que "el año se ha complicado debido a las lluvias", pero también señaló que una primavera intensa en precipitaciones entra dentro del clima "normal" de Extremadura. Así, aunque desde la organización no ocultan su preocupación, recuerdan que el resultado final de la campaña dependerá también de cómo evolucione el tiempo en los próximos meses.