A finales del 2010 Guadalupe Mateos acababa de dejar de trabajar en una boutique de Badajoz por la jubilación de sus dueños, pero ella tenía «muy claro» qué es lo iba a hacer a partir de ese momento. Con el dinero que obtuvo de capitalizar la prestación por desempleo, una subvención estatal y sus ahorros, puso en marcha, también en la capital pacense, Entre Volantes, una empresa especializada en confección y moda flamenca en la que se fusionan la costura tradicional con ideas innovadoras. La experiencia y la pasión de Guadalupe por el flamenco y el arte de la costura venían de lejos. «Me encanta el mundo de la moda flamenca desde hace mucho tiempo. Cuando vivía en mi pueblo [Madrigalejo, en la provincia de Cáceres], también hacía algunos trajes para la gente de allí», cuenta.

Esta emprendedora, que se encarga tanto de diseñar como de confeccionar los vestidos, ha patentado dos modelos de utilidad para el traje de flamenca que permiten sustituir o acompañar al volante tradicional y que ha denominado de palmas y de campanitas. El primero de ellos es una estructura conformada por una serie de piezas superpuestas a modo de pétalos con la que se busca superar «en volumen y dinamismo» al volante tradicional. De este tipo de diseño se han elaborado ya 1.370 unidades, detalla. En cuanto al de campanitas, se trata de elementos de forma cónica que producen un movimiento balanceante que recuerda al de las campanas. Los dos vestidos son «diferentes a todo lo que hay en el mercado ahora mismo, no tienen nada que ver. Cuando se ve un traje de palmas o de campanitas, se sabe que es un traje de flamenca extremeño», asevera. Ambas creaciones surgieron con un fin adicional, el de aprovechar la tela sobrante del proceso de elaboración de los volantes tradicionales, que se cortan «como donuts» sobre los grandes trozos de tejido, por lo que se desperdicia tanto los círculos del centro de cada volante como el espacio que se forma entre cada cuatro de ellos, que es «como una estrella de cuatro puntas».

Con estos dos modelos, que se comercializan con la firma Guadapalma, esta diseñadora está «intentando meter cabeza en el mercado de la moda flamenca», algo que, reconoce, no es una labor fácil, ya que está «muy cerrado» a la entrada de firmas que no sean andaluzas.

El último modelo que ha salido del taller de Entre Volantes ha sido el de campanita capote, que estuvo listo coincidiendo con la pasada Feria de San Juan de Badajoz. Es «una variedad de la estructura de campanita, como un capote de torero, pero más rizado, con más gracia», describe. Además, agrega, tiene «en el horno» otras creaciones como «lunares que cambian de color y mangas que forman una rosa».

Aparte de diseñar y fabricar sus trajes propios, Entre Volantes vende vestidos de otras firmas y de segunda mano. También ofrece servicios de alquiler de trajes y de guardería para quienes «no tienen espacio donde guardarlos. Aquí se los conservamos todo el año hasta que vayan a utilizarlos». No obstante, Guadalupe Mateos recalca que «realmente lo mío es el diseño y la confección de trajes de flamenca exclusivos». «Lo que más disfruto es que me dejen libertad para crear lo que a mí me guste según la personalidad de cada una», incide, si bien, añade, también se está «planteando» tener algunos modelos para poderlos repetir en más de una ocasión.

Reconocimientos

En el 2014 recibió el premio a la Mujer Emprendedora de la provincia de Badajoz en los galardones que conceden LA CRÓNICA DE BADAJOZ y Onda Cero y ese mismo año también obtuvo una mención dentro de los Premios Nacionales de Comercio Interior. Ahora, cuenta, «a través de la Junta de Extremadura» está mejorando su página web con el fin de potenciar sus ventas por internet. «La idea es que esté a punto antes de final de año y que para la próxima campaña esté perfecta», afirma. También tiene la mirada puesta en Japón. «Por supuesto que es un objetivo. El diseño que se quiere en Japón es de lo más exclusivo y pagan bien, pero también quieren calidad», señala. H