Si hay alguien que conozca bien la Siberia extremeña y la situación del campo en todo el este de la provincia de Badajoz ese es Miguel Cabello (Siruela, 1965). Este ganadero es dueño del mayor rebaño de ovejas merinas negras de toda Europa (alrededor de 1.500) y se dedica a la cría y cuidado de otras especies autóctonas. Por eso no le sorprendió la llamada de Gabi Martínez en febrero de 2018, cuando el escritor llegó a la comarca: “Creo que le dieron mi número en el pueblo. Estaba en Garbayuela, que está a unos 11 kilómetros de Siruela, y me llama porque quería conocerme. Así que me fui a verlo con mi mujer.

Él se hospedaba en un chozo de una finca allí y empezamos la amistad. Recuerdo que uno de los primeros días tuve que ir a buscarlo porque se perdió con la bici. Luego se venía conmigo al campo, a las subastas y ferias, me ayudaba con la faena...”, rememora Cabello.

Martínez estuvo un par de meses en La Siberia, se fue, y volvió en julio con su hijo, para quedarse un tiempo en una finca de la familia Cabello en Cabeza del Buey (La Serena). “Él atendía a las ovejas y yo iba a verle cada día. Ojo que te estoy contando que estaba en el campo en La Serena en verano, a 40 o 42 grados”, remarca Cabello, quien describe a Martínez como una “persona inteligente y muy reservada”, pero que quedó maravillada por lo que se encontró en esta experiencia: “Al encontrarse con el rebaño de ovejas negras, con la gallina extremeña, el burro, nos surgió la idea de montar una 'caravana negra'”, cuenta Cabello.

Y lo que fue una experiencia para que personas vinculadas a la literatura, al cine y al arte procedentes de todos los puntos del país conocieran la transhumancia y el pastoreo se convirtió en una asociación con la que compaginar “cultura y naturaleza”.

“El objetivo es no olvidar nuestra cultura, la de nuestros ancestros. Y poner en valor nuestro patrimonio y nuestros paisajes. Tenemos a las mejores meninas. Lo que necesitamos en La Siberia y en el mundo rural es lo que dice el libro: Un cambio de verdad”, subraya Cabello.

Precisamente ese libro encierra una apuesta por el futuro del mundo rural y su preservación, que ha sido la lucha de Cabello durante toda su vida: “Ahora, y sobre todo con la pandemia, se está hablando mucho de lo rural porque aquí se puede hacer una vida y una vida que además sea mejor y con más calidad”, sentencia.