La publicación la semana pasada con tan sólo dos días de diferencia de los últimos datos de paro que elaboran el Instituto Nacional de Empleo (referentes a enero del 2003) y el Instituto Nacional de Estadística (cuarto trimestre del 2002) pone de nuevo sobre la mesa el debate de cuál de las dos fuentes estadísticas está más próxima a la realidad. Si es que hay una que acierte plenamente, claro.

Según el Inem, el paro en Extremadura afecta a 63.782 personas, el 14% de la población que está en edad y disposición de incorporarse a un empleo. Sin embargo, la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE eleva el número de desempleados a 85.200, lo que supone casi el 19% de la población activa. ¿Cómo es posible que haya entre una y otra cifra una brecha de más de 20.000 personas? ¿Es cierto que hay 85.200 sin trabajo en Extremadura?

La diferencia entre las dos cifras estriba en que mientras el Inem considera parados a los que están registrados en sus oficinas como demandantes de empleo, la EPA es una encuesta, cuyos resultados demuestran que la bolsa de parados es supuestamente más amplia de las personas que están inscritas en el Inem. A pesar de que la EPA se ajustó el pasado año a los criterios que marca la UE, es difícil pensar que en Extremadura hay 85.200 desempleados. De ser esto cierto, apunta un economista, "afectaría al grado de convivencia de una sociedad".

FRENAZO ECONOMICO

Pero tanto la EPA como el Inem reflejan que el paro aumentó en el 2002 por la desaceleración económica y que el porcentaje de parados en Extremadura es aún superior al del resto de España. Los últimos datos de la EPA dan para Extremadura una de cal y otra de arena. Según este indicador, el paro aumentó en 27.000 personas en el 2002 con respecto al 2001, lo que supuso el tercer mayor incrementó de las comunidades (+46,1%), mientras que en España sólo se elevó el 12%.

Para valorar en su justo término estas cifras hay que tener en cuenta que la población activa aumentó en Extremadura el pasado año en 34.000 personas --principalmente jóvenes que se incorporan al mercado laboral--, lo que, según la Junta, supone un incremento del 8,20% cuando en España creció tres veces menos este número.

Con estas 34.000 incorporaciones al mercado laboral, la cifra de activos se elevó en la región a 448.000 al cierre del 2002. De estas personas, 363.000 tenían un trabajo. El número de nuevos empleos crece el 1,98% interanual, cuando en España sólo lo hizo el 1,59%. Extremadura ha demostrado capacidad para generar empleo, pero no la suficiente para absorber la avalancha de nuevos activos. Es decir, los 7.100 puestos creados no alcanzan para cubrir los 34.000 nuevos activos.

Si se comparan el tercer y cuarto trimestre del 2002, el paro bajó en éste último en Extremadura en 2.300 personas, lo que supone una caída del 2,68%. En toda España, el paro aumentó en 12.100 personas entre un trimestre y otro. Pero ello no es óbice para que Extremadura tenga la segunda tasa de paro más elevada del país, casi siete puntos y medio superior a la media de las comunidades autónomas. Sin embargo, es cierto que Extremadura fue la quinta comunidad en la que más bajó el paro entre el tercer y cuarto trimestres.

La Junta de Extremadura, cuya Consejería de Trabajo de Trabajo dirige Violeta Alejandre, defiende además que el empleo entre las mujeres aumentó en Extremadura tres veces más que en conjunto de España (un 9,5% frente al 3,3%). El gobierno regional extrae el lado positivo de los datos, como también lo hace el central. El ministro Eduardo Zaplana, tildó de "excelente noticia" los datos de la EPA y cree "que las cosas mejoran". Las cifras del paro --que es más estadístico que real-- dejan a todos contentos.