Le ha tocado gestionar una de las áreas más problemáticas de la Junta de Extremadura, pero se muestra optimista en que con el trabajo de todos se podrán superar los problemas que supone la escasez de recursos económicos. Luis Alfonso Hernández Carrón defiende con vehemencia que el cierre de los PAC obedece únicamente a criterios técnicos; que hay que buscar un modelo que garantice la asistencia a la cada vez más envejecida población; y garantiza que en la región no se va a cobrar por los servicios sanitarios, aunque por mandato del Estado, algunos tendrán que abonar 50 céntimos al mes por utilizar continuamente las ambulancias.

--¿Goza de buena salud la sanidad extremeña?

--La paciente, en este caso la sanidad, está estable dentro de la gravedad. Teniendo en cuenta que cogimos una sanidad prácticamente en coma; con un déficit de 193 millones de euros; y muchas facturas y pacientes en los cajones. La mejor política que podemos hacer para defender una sanidad universal, pública y gratuita es defender el déficit y tener un presupuesto saneado. Hay que recordar que el gasto en la sanidad extremeña creció entre 2007 y 2009 un 20%. Así es como nos la dejó Fernández Vara.

--¿Cuándo habla de pacientes en los cajones se refiere a las listas de espera?

--Exactamente. Ahora, según la última radiografía que se hizo en diciembre, se ve que hemos mejorado en algunas listas de espera y en otras hemos empeorado. Habíamos empeorado en listas de espera quirúrgica, a pesar de que había aumentado la actividad, porque no pudimos absorber el aumento de actividad que se había producido en pruebas diagnósticas y en consultas debido a la implantación de las 37,5 horas, lo que supuso aumentar dos pacientes por cada agenda. Por el contrario, la actividad quirúrgica subió un 13%, pero no fue suficiente para absorber la mayor demanda que nos venía de las consultas. Pero las listas de espera, en comparación con otras comunidades, están bastante bien.

--Es el tercer titular de esta consejería desde que Monago accedió a la Presidencia de la Junta. ¿Han podido conllevar estos cambios cierta inestabilidad en un área primordial para la ciudadanía?

--Los gestores político-sanitarios estamos sometidos en estos momentos a mucha presión y yo quiero reconocer el gran trabajo que han realizado mis dos antecesores. Los cambios en sanidad son algo a lo que tenemos que estar acostumbrados; el cambio de directivos ha sido siempre algo habitual. En la anterior legislatura, solo en el Area de Cáceres, se sustituyeron 16 directivos.

--¿Pero eso puede generar cierta preocupación entre los trabajadores de la sanidad y transmitir a los ciudadanos cierta inseguridad de los gobernantes?

--Eso es una sensación subjetiva que se ha generado desde que se ha puesto a la sanidad en el punto de mira por parte de algunos. Desde que el PSOE se diera el batacazo electoral, los socialistas en Extremadura han optado por la estrategia de echar gasolina al fuego de la sanidad. Lo que están promoviendo es que haya inestabilidad. Pero aquí, afortunadamente, el clima en nuestra sanidad es bastante tranquilo respecto a lo que hay por ejemplo en Andalucía, Asturias o en Madrid.

--El colectivo médico está cuestionando últimamente algunas de las decisiones que están ustedes adoptando. ¿A cree que se debe?

--En el tiempo que llevo de consejero gozo de magníficas relaciones con los profesionales sanitarios, que también están sufriendo los avatares de la crisis económica; están teniendo que trabajar más horas con igual o menor sueldo; y el que se tengan que poner en marcha medidas que a veces son complicadas. Pero de esta situación tenemos que salir entre todos. Y los profesionales sanitarios están dando un gran ejemplo de cómo hay que hacer las cosas. Hemos puesto en marcha un pacto por la sanidad, que creo que es un buen acuerdo.

--Ustedes decidieron hace casi un año cerrar varios Puntos de Atención Continuada y ahora han modificado en parte los horarios de algunos de ellos. Si como se dice la situación de tesorería de la Junta ha mejorado, ¿por qué no han atendido en su conjunto la demanda de los vecinos de las poblaciones afectadas?

--Porque al igual que cuando se adoptó la decisión el pasado año lo fue bajo criterios técnicos, la nueva remodelación se ha aplicado bajo los mismos criterios. No hay cambios. Aquí, a diferencia de cuando gobernaba el PSOE, la decisiones no son políticas, sino técnicas; porque los expertos están recomendado algo. Lo que se ha demostrado es que la primera remodelación se hizo en función de la frecuentación y de la actividad asistencial que prestaban esos PAC accesorios. Había un amplio historial de informes técnicos que nos encontramos del anterior gobierno, donde recomendaban el cierre de los PAC porque de lo contrario no era sostenible nuestra sanidad. El PSOE llevó en parte a cabo esa remodelación: en las grandes ciudades se cerró la atención continuada nocturna y se unificó en un solo punto en cada ciudad. Eso fue ya un primer avance. Y además, si lo tenían ya programado, ¿por qué no lo llevaron adelante? ¿Quizá porque tenían miedo de perder las elecciones? Creo que ha faltado valentía política. Y en este momento de crisis económica, es un motivo de necesidad imperiosa acometer su remodelación. Había una agenda oculta del PSOE de cerrar 43 PAC y si ellos hubieran gobernado ahora, y con los objetivos de déficit que Vara firmó, muy probablemente no les hubiera quedado más remedio que acometer esa agenda oculta que tenían. Pero dicho esto quiero aclarar que nosotros hemos hecho un estudio técnico muy razonado, donde no va por colores políticos, porque la mayoría de los que se han reabierto no están gobernados por el PP. Se ha hecho por razones y no por presiones.

--¿Pero no hay otra alternativa?

--Lo que estamos haciendo es poner en marcha un plan de atención sanitaria en zonas rurales que atienda las necesidades que tiene la población rural en el tema de la cronicidad. Nos hemos dado cuenta que van al médico las mismas personas muchas veces y queremos dar una respuesta específica para esas personas, porque es el reto que vamos a tener en futuro: la despoblación, el envejecimiento y cómo vamos a prestar servicios sanitarios que son muy costosos en zonas donde vive muy poca gente, pero que lo necesita. Ese es nuestro gran reto.

--¿Eso quiere decir que está mal planificada la atención sanitaria?

--Es un debate nacional, no regional. El sistema de salud que nació en los cincuenta y sesenta y luego se mejoró muchísimo en los ochenta está concebido para jóvenes, con una pirámide poblacional gruesa por abajo y fina por arriba. Pero en estos años la pirámide se ha invertido y nuestros hospitales están preparados para agudos, esto es, para dolencias de personas jóvenes y más o menos sanas; pero no para la cronicidad, que necesita otro tipo de asistencia. Vamos a tener muchas personas mayores y con enfermedades que se van cronificando. Ese es el reto --sobre todo en nuestra comunidad, con poca población y mucha dispersión geográfica-- y cómo vamos a mantener un sistema con cada vez menos activos y más pasivos. Además, por eso entendemos que la prestación tiene que seguir siendo pública; la privada ni siquiera se interesaría en prestar servicio en esas zonas con gente tan envejecida.