El representante de la Iniciativa de Copenhague para Centroamérica y Méjico (CIFCA) y secretario general de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) denuncia el contradictorio papel de Europa con respecto a los Derechos Humanos en América.

--¿Cuál es actualmente la situación de los Derechos Humanos en América?

--Es muy compleja. Tenemos por un lado una tendencia creciente a la criminalización de los movimientos sociales populares. Junto a esto tenemos regímenes autoritarios que tienen apoyos internacionales.

--¿Qué papel juega Europa en este contexto?

--En el caso de Europa está claro que se privilegian sus intereses económicos antes que el avance de la democracia o el respeto a los derechos humanos. Solo hay que ver lo negativamente que han reaccionado ante gobiernos como el de Evo Morales o Hugo Chaves. Hay un gran silencio sobre la problemática de los Derechos Humanos.

--¿Qué piensa de la Directiva de Retorno de la Unión Europea?

--Es una directiva vergonzosa que nada tiene que ver con el discurso sobre Derechos Humanos de Europa. Incluso la Comisión Europea tiene la desvergüenza de presentarla como un avance, cuando en realidad legitima la persecución al inmigrante, que está en posición vulnerable y es tratado como un criminal.

--¿La cooperación tal y como se lleva a cabo consolida los problemas o los soluciona?

--No, porque está orientada a favorecer el libremercado y no se solucionan los problemas estructurales que generan violencia o exclusión. Dicen que van a favorecer la integración de América Central pero en realidad lo que hacen es abrir aduanas para favorecer inversiones europeas. Hay muchas comunidades indígenas en proceso de extinción.

--¿Qué podemos hacer para solucionar todo esto?

--Hay que profundizar en la democracia social y el respeto a los Derechos Humanos. La realización del hombre reposa sobre la realización integral de sus derechos.

Debemos fortalecer los sujetos sociales individuales y colectivos que contribuyen a la transformación de la sociedad.