La imprenta Lusográfica, situada en Olivenza, ha reanudado su actividad tras superar el concurso de acreedores a través del convenio que en el pasado mes de octubre le devolvió el control de la empresa a sus dueños.

Desde hace algo más de un mes, Lusográfica ha vuelto a funcionar, pero en esta segunda etapa no se dedica a la impresión gráfica sino que fabrica servilletas higiénicas para hospitales. De momento funciona con los seis trabajadores de los 43 que tenía en plantilla en el momento de cerrar y que se habían quedado ocupándose de las tareas de mantenimiento de la planta.

Sin embargo, en Olivenza esperan que la plantilla pueda ir aumentando paulatinamente una vez se consolide la actividad, cuyo ritmo no está aún al cien por cien. En este caso, los trabajadores que fueron despedidos a raíz del expediente de regulación de empleo (ERE), tendrán preferencia sobre otros a la hora de contratar más personal, según han confirmado fuentes próximas a la empresa.

Lusográfica mantiene su dueño, Rubén Lerner, tiene ya clientes y está facturando, lo que ha supuesto una nueva esperanza tanto para los que están dentro como para los que se quedaron fuera de esta empresa que abrió en el 2002 bajo el nombre de Convex Print, con la sociedad pública Sofiex como socia minorista. El objetivo de los propietarios era aprovechar la cercanía a Portugal para entrar en el mercado portugués, lo que no llegó a suceder. Tampoco la empresa consiguió los beneficios que había previsto, por lo que la situación empeoró en el 2009, cuando los trabajadores se encerraron en las instalaciones.

Después vino el concurso de acreedores, que retiró el control de la empresa a los dueños, que finalmente la salvaron por la confianza depositada por los acreedores. En el acuerdo pactado con ellos, Lusográfica se comprometió a abonar la mitad de la deuda contraída en un plazo de cinco años, a partir del 2011.