Madrigal de la Vera ha retrasado las manecillas del reloj a la década de los años cincuenta del siglo pasado, sacando de los baúles de las abuelas los pañuelos de cien colores, de ramo negro, las chambras y los aderezos. Las típicas rondas de esta bonita localidad verata, que se levanta altiva a los pies de Gredos, bañada por las cristalinas aguas de la garganta de Alardos, volvieron a las calles, para cantar a las personas de la tercera edad, internadas en las dos residencias de mayores que hay en el municipio.

Si los apartados concernientes a la ropa guardada durante décadas en los baúles de las abuelas y la música fueron importantes en la celebración llevada a cabo por Los zaguaneros , no hay que olvidar el relacionado con la gastronomía. Hubo migas, floretas, perrunillas y limoná . Y puestos a recuperar apareció el carrito de los helaos , como parte importante de la infancia de muchos de los reunidos.

Somos un pueblo este fue el lema que presidió una jornada festiva,promovida por Los zaguaneros , y seguida con alborozo por todo el pueblo. El Zaguán de Madrigal es un espacio virtual que nació hace no más de seis meses, con la idea de reunir a los compañeros de colegio de la infancia, matriculados en su día en el centro educativo que dirigieron las Misioneras Rurales del Sagrado Corazón, que tuvieron su sede matriz en Jarandilla de la Vera. La chispa prendió y muy pronto el grupo sobrepasó los muros del colegio. De forma espontánea empezaron a entrar en El Zaguán madrigaleños de nacimiento, adopción y corazón, de todas partes del mundo; residentes fijos, estacionales y ocasionales. El grupo ha ido creciendo con una idea común: compartir vivencias infantiles y reavivar lazos que la distancia geográfica había ido difuminando. Con la colaboración y aportación de todos han logrado reconstruir un trocito de la historia de Madrigal a través de una magnífica crónica gráfica con más de cuatro mil imágenes, que abarcan desde los años cuarenta hasta hoy.

El zaguán madrigaleño ha conseguido reunir en seis meses a 700 miembros, convirtiéndose en un punto de encuentro abierto, integrador, plural e intergeneracional y así es como acaba de celebrar su primer encuentro, que según los asistentes resultó ser una jornada completa y entrañable. Ahora, pasada la resaca de la fiesta, se pondrán a trabajar para preparar el próximo encuentro.