La frontera extremeña con Portugal, junto a la de Galicia y parte de la Raya salmantina, se ha convertido en una de las puertas de las mafias de la prostitución para entrar en España, una situación que ha obligado a los cuerpos policiales de ambos países a mantener una estrecha vigilancia en estos puntos fronterizos, un control que se intensifica con la puesta en marcha de operaciones puntuales.

Según han confirmado fuentes policiales a este diario, las redes de trata de blancas utilizan el país luso para introducir en Extremadura mujeres en situación irregular procedentes de los países del este de Europa y Sudamérica --Brasil, principalmente--. Muchas de ellas son obligadas por las mafias a ejercer la prostitución en locales de alterne bajo amenazas.

Desde la Policía Nacional aseguraron ayer que la colaboración con las fuerzas de seguridad lusas para mantener la vigilancia en la frontera es una práctica habitual que no se produce sólo para controlar el paso de este tipo de mafias. No obstante, EL PERIODICO ha podido conocer que en los últimos meses se han detectado organizaciones que podrían estar actuando en diversos puntos del país vecino.

LOS RESULTADOS Lo cierto es que la policía extremeña ha conseguido estrechar la vigilancia sobre las redes que operan en la región y las actuaciones llevadas a cabo, en las que participan las brigadas de Policía Judicial y de Extranjería, están dando sus frutos. En las dos últimas operaciones desarrolladas en Extremadura, en los meses de junio y julio, los agentes han detenido a cerca de 40 personas, de las que 30 eran extranjeras en situación irregular --la mayoría brasileñas-- que ejercían la prostitución en locales de alterne.

En unos años la cifra de personas detenidas en operaciones de este tipo ha crecido de forma importante. Además de los países sudamericanos y del este europeo, existe un importante número de mujeres procedentes del continente africano, especialmente de zonas de Marruecos y el Africa Subsahariana.