La lluvia no impidió ayer que Mérida celebrase uno de los desfiles más espectaculares de los últimos años, en el que participaron unas mil personas que dieron a las calles de la ciudad un ambiente festivo, multicolor y lleno de música y fuerza.

Pasacalles con trajes de fantasía, parejas atrevidas, carrozas imaginativas recorrieron hasta las ocho de la noche, durante tres horas, las calles de la ciudad desde la barriada de La Antigua hasta el centro. Miles de personas se agolparon en las calles para ver pasar a los verdaderos artífices del resurgimiento del Carnaval en Mérida, para los que la lluvia, débil al principio del recorrido y fuerte al final, fue más un acicate que una molestia.

La Asociación Cultural Carnaval Romano repartió entre los ganadores numerosos premios en metálico según las diferentes categorías.

Pero además del desfile, ayer también se celebró la octava edición de la Carnavalada, una actividad organizada por la Asociación Cultural Carnaval Romano y la chirigota La Marara, consistente en actuar ante el público es escenarios colocados en distintos puntos de la plaza de España, que estaba a reventar escuchando las alegres e ingeniosas letras de las agrupaciones.

Además, fueron muchos los emeritense que salieron disfrazados a las calles para disfrutar de la alegría que contagian chirigotas y comparsas y acompañar con su cantos y bailes los estribillos que se están haciendo famosos.

Por otro lado, en la Asociación Gastronómica El Narro actuaron en la noche del sábado cuatro agrupaciones: La Marara, Somos Naide, Radio Patio y Los Microclimatizados en el transcurso de una fiesta con un gran ambiente carnavalero y por la que pasaron unas 500 personas todas disfrazadas. Hasta allí también se acercó el concejal de Festejos, Luis Valiente, y el presidente de la Asociación Cultural Carnaval Romano, Andrés Madrigal.

La nota gastronómica la puso el Salón Laureano, de Calamonte, que cocinó un espléndido cocido en la carpa del que se sirvieron más de mil raciones.