Las malas perspectivas que desde hace meses se vienen dibujando para el sector del tomate de industria en Extremadura comienzan a reflejarse sobre el papel. La reducción de las ayudas comunitarias y los bajos precios que ofrecen las industrias a los cultivadores provocarán que este año la superficie cultivada se reduzca en torno a un 34%, según los datos que maneja la Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias (Unexca), que agrupa a la gran mayoría de las organizaciones de productores de la región.

Se trata de la primera vez --al menos en la última década-- que se produce una disminución de la superficie dedicada a este cultivo, de gran transcendencia en las Vegas Altas y Bajas del Guadiana. En los últimos años se había convertido en un cultivo refugio , el único de los de regadío que ofrece niveles de rentabilidad interesantes. Esto ha generado inversiones cuantiosas en industrias y equipamiento de las explotaciones.

RENDIMIENTOS ELEVADOS Según los datos que maneja Unexca --cuyos agricultores sembraron en el 2005 27.000 de las 29.000 hectáreas de tomate de la región--, este año la cifra bajará hasta las 17.800, es decir, 9.200 hectáreas menos. Esto significa que hay un buen número de agricultores que este año han abandonado el cultivo y que los que permanecen se verán obligados a obtener rendimientos por hectárea muy elevados para no perder dinero esta campaña.

El incremento notable de la producción campaña tras campaña ha generado satisfacción en determinados sectores, que han visto bien que cada año fuera récord de cosecha, cuando realmente el sector avanzaba lentamente hacia una callejón sin salida. La sobreproducción de los últimos años ha provocado dos efectos negativos: se han disparado las penalizaciones en las ayudas --que pasan de 0,031 a 0,023 euros por kilo este año y a 0,013 el que viene-- y se ha saturado el mercado mundial de tomate elaborado, por lo que las industrias españolas --trece de ellas en Extremadura-- tienen más dificultades para vender la producción final y ofrezcan menos dinero a los cultivadores por la materia prima.

A pesar de que la reducción de la superficie será de un 34%, la bajada en la producción podría ser algo menor, debido a que los agricultores van a intentar como sea un incremento de los rendimientos, que el año pasado fue de 59.000 kilos por hectárea.

Según los datos que maneja el sector, las industrias extremeñas han contratado para el 2006 inicialmente 1.505 millones de kilos de tomate con los agricultores, lo que supone una reducción del 18% con respecto a la contratación preeliminar del 2005 pero una bajada del 25% en relación a la cantidad final de tomate recogida por las transformadoras finalmente en el 2005.

Sólo tres de las trece industrias extremeñas tienen firmado más tomate que el año pasado, mientras que las restantes comprarán menos. Hay descensos de casi el 50% en algún caso, prueba de las malas perspectivas que vislumbra el sector.