Manuel Barroso nació el 10 de octubre de 1967 en Torremocha, tiene establecida su residencia en esta localidad cacereña aunque algunas temporadas las pasa en Cáceres por el colegio de sus dos hijos varones. Es diputado regional del PP en la Asamblea extremeña y además, ponente del grupo de trabajo para la reforma del Estatuto de Extremadura.

Conocido a nivel político y parlamentario por su talento municipalista y su preocupación a favor de los intereses de los ayuntamientos extremeños, este político de profesión fue alcalde de su pueblo entre 1995 y 1999 y es abogado. Posee un despacho en Cáceres y, aunque ahora está liberado, piensa en retomar su dedicación a la abogacía. "Cuando deje la política pienso volver a mi despacho el cual mantengo, aunque no ejerzo".

Se define como una persona impulsiva que le pone "mucho empeño a las cosas y mucho corazón a la vida y a la política" y reconoce que cuando tienen la razón la defiende hasta el final y no hay quien le discuta.

Barroso se siente muy arraigado a su pueblo y siempre recomienda una visita ya que considera que es uno de la tres lugares más bonitos de Extremadura: "las Villuercas, Sierra de Gata y Torremocha", son lo mejor, opina. Además reconoce que no es un político mediático y se guía por su propia intuición. "Muchas veces dicen que los políticos nos debemos a la prensa, yo prefiero más la intuición".

En sus días libres, Manolo como lo conocen en su entorno, pasa el día en el campo y con su familia y de siempre le ha gustado el fútbol y el atletismo que ahora no puede practicar mucho, como él mismo dice "soy un deportista pasivo".

Es uno de los políticos que se decantan por el municipio y la política a pie de calle. Para él, su contacto con la política municipal ha sido una de las experiencias más bonitas de su vida, tanto que le ha servido para encargarse de redactar "la parte del nuevo Estatuto referida a la organización territorial y al municipalismo", en la que, asegura, el PP "ha aportado mucho".