Cada semana política es un mundo. En la mayoría ellas, desde 2008, todo gira en torno a esta crisis de nunca acabar; hay otras en las que algunos países, véase ahora Chipre, Corea del Norte o Venezuela se convierten en el centro del Universo, siempre con permiso de Artur Mas y últimamente de Luis Bárcenas y los ERE andaluces. En Extremadura los últimos 7 días han estado marcados por la rectificación, parcial o total, de algunas de las decisiones o posturas políticas del gobierno extremeño. La Plaza del Rastro ha tirado del refrán de "rectificar es de sabios" en varias ocasiones, aunque en la práctica la alegría de los afectados ha ido por barrios y no ha llegado a ser plena.

La primera marcha atrás, aunque a medias, llegaba el lunes, cuando el Servicio Extremeño de Salud anunciaba que ampliaba el horario de algunos de los Puntos de Atención Continuada cerrados hace 10 meses, una de las decisiones más contestadas en la calle. El SES presenta un informe técnico que descarta que el cierre haya afectado a la atención sanitaria y que recomienda algunos cambios para mejorarla, aunque sin llegar a la reapertura.

Así, 12 localidades ven ampliado el horario de sus urgencias y 9 se quedan como están, entre ellas Quintana de la Serena, una de las más combativas por su PAC. Esta rectificación a medias no deja satisfecho del todo a nadie y posiblemente no sirva para detener las protestas.

El PSOE sigue pidiendo la reapertura total y la eleva al grado de promesa electoral, e IU ve la ampliación insuficiente, mientras el SES insiste en que la cuestión es técnica y no política, como se pondría de manifiesto en el hecho de que entre los beneficiados esté Ribera del Fresno, gobernado por el PSOE, y entre los perjudicados se halle Malpartida de Cáceres, cuna de destacados miembros del PP.

XTAMBIEN x ha rectificado el Ejecutivo en la supresión de las ayudas a los seguros agrarios para este año, una medida muy criticada en el campo. La consejería la justificó a finales de 2012 por las dificultades económicas de la comunidad, que obligaban a prescindir de los 8 millones del presupuesto. Ahora no se recuperan los 8 sino 2 para lo que queda de año, una cantidad que las organizaciones agrarias consideran escasa, aunque añaden que "algo es algo" y al menos se han recuperado las ayudas. Aunque ahora, vistos los efectos de las inundaciones en las Vegas del Guadiana, las prioridades de Consejería y Opas son otras.

Luego está la financiación autonómica. El gobierno extremeño, muy crítico con el actual sistema de financiación, no pide ya su revisión sino su prórroga, como un "mal menor". Tanto el presidente como el consejero de Economía son conscientes de que revisar ahora el modelo de financiación autonómica derivaría en una lucha entre Comunidades Autónomas de la que, previsiblemente, saldría perdiendo Extremadura.

Y es que cada revisión del modelo ha significado la cesión de más impuestos a las autonomías, para beneficio de las regiones "ricas" como Cataluña. Ha sido, en fin, una especie de pago por el apoyo de CIU a los gobiernos en minoría de Felipe González en el 93 y de José María Aznar en el 96, y por la formación de los tripartitos de Maragall y Montilla en Cataluña. Ahora nadie duda de que Moncloa intentará contentar a Mas para que abandone la aventura soberanista, y son muchos consejeros de Hacienda los que tiemblan con tanta reunión secreta, así que mejor dejar las cosas como están hasta que pase la crisis y se olvide la consulta, y luego ya veremos.

Y capítulo aparte merece lo ocurrido en el parlamento regional esta semana, paradigma de cómo una decisión se le puede volver en contra a un político, y de cómo éste puede apagar el incendio rápidamente. La decisión del presidente Fernando Manzano de prohibir la entrada a la cámara a varios miembros de la plataforma por la Renta Básica, después de que el lunes irrumpieran al término del acto del Día del pueblo gitano, provocaba la imagen de la semana.

Iban a entrevistarse con miembros de PSOE e IU, y ante la imposibilidad hacerlo en sus despachos, los diputados tiraron por la calle del medio, nunca mejor dicho. La escena de Vara y Escobar sacando las sillas del edificio ante la atenta mirada del cordón policial traspasó las fronteras extremeñas y dejó en segundo plano lo realmente importante, la aprobación inicial de la Ley de Renta Básica del día siguiente.

Manzano, ante las críticas de los grupos y la certeza de que en las próximas protestas no serían 7 sino 200, tuvo que reaccionar. Al día siguiente a primera hora, antes del pleno, recibió al colectivo para enterrar el hacha de guerra y marcar territorio: "protestas sí, pero respeto a la institución y a los cauces democráticos también", que es algo en lo que todos deberíamos estar de acuerdo.