Casi cuatro décadas de magisterio (primero en el País Vasco, luego en Salorino y Malpartida de Cáceres, y ahora en el Donoso Cortés de la capital cacereña) hacen de este maestro, nacido hace 58 años en la Estación Arroyo-Malpartida, un ejemplo de cómo piensan los docentes de la región en estos momentos en que el futuro de la Educación está tan cuestionado. Amante del deporte y formador de jóvenes desde la base, Marciano Jiménez no cree que la Lomce vaya a solucionar los problemas educativos.

--¿Educar es un placer o un dolor de cabeza constante?

--Es un placer, aunque algunas veces levanta dolor de cabeza porque no consigues todo lo que quieres con los alumnos, con los padres o con la administración. Pero cuando las cosas se hacen con ilusión, te dan una gran satisfacción a nivel personal.

--Cuando un alumno fracasa, ¿quién tiene más culpa: el estudiante, el profesor o sus padres?

--El fracaso debe ser compartido entre los tres. Como dice José Antonio Marina, para educar a una persona se necesita toda una tribu. El fracaso es muchas veces solo a nivel de conocimiento, porque en la escuela no solo se forma y se instruye, sino que también se educa. He tenido alumnos que a nivel escolar eran traviesos, rebeldes y no sacaban buenas notas. Sin embargo, cuando me los encuentro ahora me saludan con cariño y me recuerdan con afecto. No solo fracasa el que suspende, sino que a veces hay mucho más. Estas prisas que hay hoy en día por madurar, por educar. Hay una presión social de muchos padres que continuamente llevan a los hijos a numerosas actividades extraescolares y que no dejan que el niño lleve una maduración normal. Quieren competir y preparar al hijo para el mercado laboral, cuando ante todo hay que prepararlos para ser personas. Luego ya viene todo lo demás.

--¿Para aumentar la calidad de la enseñanza solo hay que incrementar el presupuesto o hay otros factores que limitan ese aumento?

--No solo es cuestión de dinero. Es importante que haya un presupuesto adecuado, pero lo más importante son los recursos humanos, más incluso que los materiales. Un ejemplo: en Finlandia los docentes deben formarse durante bastantes años antes de dar clase, lo cual debía ser un ejemplo a seguir. También ahora tenemos unos recursos magníficos, entre ellos las pizarras digitales, que es un recurso más pedagógico que los propios ordenadores (Mayor Zaragoza decía "menos ordenadores y más valores"). Y son importantes los recursos humanos en la escuela pública, sobre todo cuando hay niños emigrantes, niños con dificultades o con discapacidades. Eso niños necesitan unos recursos para ayudarles. Con ello sí que se mejora la calidad de la enseñanza.

--¿Póngale nota a la educación extremeña?

--Se han hecho muchas cosas en la educación en Extremadura en los últimos años. Se introdujeron las nuevas tecnologías, que son un recurso importante y socializante; el índice de fracaso escolar y de abandono, aún estando por encima del 30%, se ha reducido en la región; y también en equidad, que es la función de la enseñanza pública en cuanto a la distribución y la justicia social. Ojalá no retrocedamos ahora con la excusa de la crisis y sigan aumentando los recursos. Yo le pondría en los últimos años un notable a la educación extremeña, porque aunque es cierto que hay que mejorar cosas, estamos comprobando que nuestros estudiantes, ahora que desgraciadamente están teniendo que emigrar a otros países, están siendo muy bien valorados en el extranjero.

--¿En qué despunta la educación a nivel regional y qué cree que habría que eliminar?

--Lo mejor que puede tener son la integración y la equidad, más incluso que las nuevas tecnologías. Ha sido muy buena, especialmente en la escuela pública, la atención a la diversidad. Ese carácter integrador y equitativo de la educación ha sido de lo mejor que ha tenido la educación extremeña. Lo peor creo que ha sido la invasión tan de golpe de las aulas tecnológicas y de la información, en lo que se gastó mucho dinero y no se le ha sacado todo el partido que debía.

--¿Cómo se motiva a un alumno a superarse?

--La motivación es lo más importante de la educación. Un alumno aprende más fácilmente cuando está motivado. El alumno debe aprender a su ritmo; debe estar a gusto y en un ambiente adecuado. Y sobre todo motivándolos mucho a través de juegos reales; con incentivos; a través del deporte. En definitiva, que el alumno tenga confianza. Pero eso no quita que los maestros tengan que ser rectos. Siempre he utilizado la máxima de "mano de hierro, guante de terciopelo".

--Usted se considera ahora un maestro de a pie. ¿No fue gratificante su etapa como director?

--Sí, fue gratificante e ilusionante, pero es otra forma de entender la educación. La dirección te da la posibilidad de gestionar tu proyecto educativo, y lograr las metas que te marcas es satisfactorio. Pero a mí me satisface más ser maestro de a pie. De todas maneras era también muy dura la gestión de un centro en el que tenía 32 maestros, 200 padres y casi 400 alumnos. Y eso llega a cansar, porque tú eres el parapeto entre los compañeros, los padres y la administración. Pero faltándome dos años para poderme jubilar, opte por volver a las aulas; al contacto directo con los alumnos, y menos inglés y música, doy todas las materias, que es lo que más me gusta.

--¿Le gusta la Ley Wert?

--No me gusta. Hemos tenido en 20 años cinco leyes de educación, pero en ellas por ejemplo hacían que se reunieran los claustros, se debatía y se hacían aportaciones, las tuvieran luego en cuenta o no. Ahora, sin embargo, hay una página web donde el que ha querido ha hecho aportaciones, pero ha sido a nivel individual. Y como no se ha contado con el magisterio, pues no me gusta. Es una ley que, aunque su finalidad es buena, porque intenta reducir el fracaso escolar, tiene un aspecto muy mercantilista; no está consensuada prácticamente con nadie; que se quiere implantar en dos años nada más. El Consejo Consultivo le ha dicho que no se puede subvencionar a los colegios que segregan a los alumnos, cuando el Gobierno habla ya de separar a chicos y chicas. La religión también debería estar fuera del horario escolar y volver a implantar Educación para la Ciudadanía, que el Constitucional dijo que no era adoctrinamiento. Esa era una asignatura donde se trabajaban todos los problemas de la sociedad actual; todo lo que está en la Constitución. También elimina un poco las competencias de los Consejos Escolares, de las Ampas, y le da al director un poder importante, incluso la posibilidad de contratar a interinos. Creo que con esta ley podemos retroceder bastantes años.

--¿Es partidario de que promocionen los alumnos aunque no hayan aprobado todas las asignaturas?

--Normalmente en los colegios hay lo que se llama el "refuerzo educativo" para los alumnos que no logran alcanzar el nivel medio. Si eso se hace bien, ese alumno puede superar los niveles mínimos. En Primaria creo que la promoción debe hacerse, aunque a los alumnos que no han superado todas las asignaturas deberían ponerles un programa específico; incluso en un grupo más flexible en determinadas horas para que con un profesor de apoyo pueda recuperar el desfase curricular que pueda tener. En Secundaria Obligatoria, depende de las asignaturas que suspendan, y siempre de forma particular, no generalizando a todos los niveles.

--¿Mandar deberes al alumno para casa es la mejor forma de que este se supere a sí mismo?

--La finalidad de los deberes es que sea un complemento. Hay alumnos que por su ritmo de aprendizaje y su falta de atención tardan más. Los deberes, siempre que sea de manera regulada y no siendo un tiempo excesivo, sirven de repaso o para terminar lo que no ha dado tiempo en clase. Yo creo que los deberes no deben suponer más de media hora diaria. Incluso yo lo que les mando para casa es leer algo para que al día siguiente lo trabajemos en clase. A partir de 3º de Primaria creo que sí deben mandarse, porque eso también les refuerza el trabajo en casa e implica a los padres en la educación de sus hijos.

--¿Las nuevas tecnologías han mejorado los resultados de los estudiantes o cree que sin ellas se motivaban más?

--Las nuevas tecnologías son muy motivantes para el alumno. Ellos han nacido en la época de la imagen y además tienen una capacidad innata para aprender. Es una herramienta que no podemos dejar atrás, pero debemos enseñarles a utilizarlas correctamente y hacerles ver que no todo lo que aparece en internet es correcto. Tampoco deben utilizarlas mucho tiempo.

--¿Pero no cree que tanto teléfono móvil, tanto ordenador y tanta calculadora conlleva que escriban incorrectamente y no sepan hacer cálculos de memoria?

--En el aspecto de la escritura es cierto que han retrocedido, aunque algunos digan que esa es otra forma de expresarse. Pero tenemos un lenguaje riquísimo como el castellano, que podemos y debemos utilizar correctamente, sobre todo cuando son jóvenes.