Marta Navarrete Llinás, de 35 años, es una investigadora extremeña que ha ganado recientemente el Premio Olympus para Jóvenes Investigadores por su excelente labor científica en los 6 años posteriores a la finalización de su doctorado.

--¿Qué supone para usted este reconocimiento?

--Supone el reconocimiento a mi trabajo por la sociedad. Que tu trabajo sea reconocido es una gran alegría. Y también supone un salto de calidad que me da mucha visibilidad y me hace muy competitiva a nivel mundial para participar en proyectos a nivel europeo y mundial y esto te da un plus para que se sepa que nuestro trabajo sirva a la sociedad.

--¿Ha habido ya alguien o algún organismo que ha contactado con usted?

--No ha contactado nadie conmigo. Yo estoy muy agradecida por haber recibido este premio, pero creo que hay mejores reconocimientos como el que te concedan proyectos a nivel nacional, europeo o mundial y que te lo financien. Y esa es la idea que tengo yo. Esto de la ciencia es un poco de donde tú vayas llamando y que se abran las puertas o no.

--Sus estudios se basan en las células astrocitos, ¿qué son y por qué son tan importantes?

--El cerebro está fundamentalmente formado por dos tipos de células: las neuronas que todo el mundo conoce y que son las encargadas de transmitir y almacenar la información; y las células de la glía que son las que tiene relevante importancia en la capacidad de transformación y almacenamiento de información en el proceso cerebral, y ahí estamos. Hemos descubierto que los astrocitos son las células más abundantes en el sistema nervioso central y que están muy involucradas y su papel es clave para la transferencia y el buen funcionamiento del cerebro. También son necesarias para pensar o aprender o recordar, son células clave, con todo lo que ello conlleva, ya que están involucradas en enfermedades degenerativas como el Alzhéimer o el autismo.

--¿Qué es lo más difícil a lo que se enfrenta un científico?

--Pues en mi caso es que las células de la glía son imposible de diferenciar entre las neuronas, porque toda la alteración o la forma de controlar la glía siempre te va a alterar el funcionamiento neuronal. Entonces necesitamos herramientas con las que se pueda manipular una cosa sin manipular la otra. La mayor barrera que tengo yo es esa y para lo que todavía hay sistemas muy rudimentarios y en los que se tienen que trabajar todavía más.

--¿En qué situación se encuentra actualmente el campo de la neurociencia? ¿Está valorado?

--La ciencia en España está mal en todos los campos, pero la neurociencia no está tan mal, está bastante valorada. Nosotros en nuestro grupo de investigación creo que somos pioneros y si que, realmente, tenemos las suficientes ayudas y no nos podemos quejar. Los investigadores españoles tenemos mucha creatividad y muchos proyectos en mente, pero nos falta financiación y medios suficientes. Es como una carrera entre un ferrari y un 600, pero a veces se gana. Aquí priman más las ideas que tengas que no como las hagas.

--¿Cómo ve el futuro de la neurociencia en Extremadura y el de científicas como usted?

--Pues no lo se, porque nunca he hecho investigaciones de neurociencia en Extremadura. Si que es verdad que de mis compañeros científicos que yo conozco pues hay pocos extremeños, pero bueno no se si será porque no se hace ciencia o porque la ciencia no está subvencionada o porque no se le da el valor que realmente tiene. Lo que tengo claro es que ningún científico extremeño me ha llamado para trabajar conjuntamente.

--¿Qué opinión le merece la situación de la investigación en España?

--Siempre que me hacen esta pregunta mi respuesta es la misma. Creo que en España somos pioneros en tener nuevas ideas y muy creativas y querer hacer cosas, pero los medios con los que contamos son insuficientes, la financiación es muy pobre o a veces es insuficiente, el apoyo a los jóvenes investigadores es muy poca o nula, pero las ideas que tienen los científicos españoles y como son de revolucionarias, creo que somos los mejores, sinceramente.

--¿Cuál cree que podría ser la solución a todo esto?

--Pues con más apoyo a la ciencia, tanto con infraestructuras como con financiación y yo creo que con esas dos cosas se puede hacer mucho y, sobre todo, no mandarnos al extranjero, porque en España se puede hacer muy buena ciencia.

--¿Cómo se ve dentro de 20 años?

--Pues ahora mismo me veo en Estados Unidos en una mesa diciendo que qué bonita pudo ser mi investigación en España. Mi futuro es muy negro, porque no se valora lo suficiente todo lo que hacemos. Además, ahora soy madre de dos niños pequeños y es cuando la mayoría de la gente me reclama y me tiene en mira y seguramente mi productividad va a bajar un montón y me caeré con el equipo entero, pero bueno, se intentará subsanar de la mejor forma que podamos.

--¿Qué le diría a todos esos jóvenes que están interesados en este mundo de la ciencia?

--Pues que a veces en nuestro trabajo se tienen recompensas. Esto es muy frustrante y a veces parece que no sirve para nada, pero que toda trayectoria pues al final tiene su recompensa y si uno quiere trabajar y le pone pasión y empeño pues tiene su recompensa. Todo es trabajar y ser parte activa del desarrollo de la sociedad.