La economía mejora y las familias vuelven a contratar servicios de los que prescindieron durante los años más duros de la crisis. Un ejemplo son los seguros privados de salud, cuya contratación ha experimentado un repunte a nivel nacional del que no se excluye a Extremadura. Es cierto que la región sigue siendo una de las autonomías en las que menos tirón tienen estas coberturas, pero desde hace cinco años han sido más de 12.000 hogares los que han suscrito una póliza privada de asistencia sanitaria. Según datos de la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), casi el 12% de la población tiene contratado actualmente un seguro de salud, lo que supone el porcentaje más alto desde el 2007.

Las cifras están recogidas en el informe Estamos Seguros que Unespa, que aglutina a la patronal del sector en España, realiza cada año. Según este estudio, casi 124.000 extremeños tienen seguro privado de salud (el 11,55% de la población), frente a los 112.000 de hace un lustro (10,23%). Es cierto que Extremadura se mantiene como la cuarta región con menos cobertura de sanidad privada, pero con estas cifras la región se sitúa a los niveles de penetración previos a la crisis y muy cerca de superar el récord del año 2007, cuando el 12,03% de la población contaba con un seguro privado.

Por detrás de Extremadura están Cantabria (solo el 5,18% de la población tiene seguro de asistencia sanitaria), Navarra (7,12%) y Murcia (11,55%). En el lado opuesto están Madrid, que lidera el ránking con una cobertura del 30,37%, Cataluña (27,63%) y Baleares (26,83%). Por provincias, cabe destacar que el informe arroja diferencias entre ellas, siendo mayor la cobertura en Cáceres (con un 12,53%, se sitúa incluso por encima de la media regional) que en Badajoz (10,98%).

LISTAS DE ESPERA / Según explica el presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Badajoz, Zacarías Fernández, el repunte en la contratación de los seguros de salud está relacionado con dos factores clave: las listas de espera, que han contribuido a que la sociedad «detecte un progresivo deterioro del sistema sanitario público», y la mejora de la situación económica de las familias. A ello se suma además el hecho de que el sector se ha diversificado y han aparecido «nuevos actores» que ofrecen productos casi personalizados y específicos para colectivos concretos, por ejemplo las mujeres o los discapacitados. «Ahora también están muy de moda los seguros colectivos para empresas, que se incluyen en la nómina como retribución en especie y que tienen un coste de entre 30 y 40 euros por empleado», detalla.

Según Fernández, son perfiles «de todo tipo» los que actualmente contratan seguros privados de salud. El coste depende de los servicios adquiridos y de si se contrata o no con copago, pero ahora un seguro individual de salud con coberturas básicas se puede mover «entre los 30, 60, 80 o 90 euros mensuales». Lo más normal es contratar un servicio de asistencia sanitaria, pero también se ofrecen otros de enfermedad o subsidio (la aseguradora completa el importe de baja laboral en caso de que se produzca), que suele ser contratado por los trabajadores autónomos. A estos se suman los de cobertura de servicios (por ejemplo, consultas de ginecología), que se mueven en porcentajes similares.