Un total de 2.150 armas de fuego fueron destruidas y reducidas a chatarra el año pasado en Extremadura, ya fuera por estar implicadas en delitos o por cesar sus titulares en el derecho a la tenencia y no haber sido adjudicadas en subastas.

La Guardia Civil, cuerpo competente en materia de armas y explosivos, ha ofrecido estos datos con motivo de la conmemoración, hoy 9 de julio, del Día Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego, establecido por la ONU con el fin de promover acciones para la eliminación de las armas de fuego de origen ilícito.

De estas 2.150 armas -1.300 en la provincia de Badajoz y 850 en la de Cáceres-, 1.400 fueron largas, 250 cortas y 500 de otro tipo, y todas ellas fueron reducidas a chatarra mediante un proceso de fundición o similar.

En el conjunto del país, la Guardia Civil destruyó más de 50.000, una cifra que supera las 430.000 si se computa desde el año 2013.

En España, desde 1844 la Guardia Civil se ha encargado del control de armas para evitar su proliferación y como medida de prevención para dificultar la acción de los malhechores.

De hecho, la Cartilla del cuerpo dispone que "vigilará que nadie ande con armas por parte alguna sin la correspondiente licencia para usarlas".

Actualmente, la competencia en materia de armas y explosivos que tiene el Estado se materializa por medio de las Intervenciones de Armas y Explosivos de la Guardia Civil.

Estas unidades controlan el acceso legal a las armas, para lo cual el reglamento vigente establece unos requisitos, entre los que se encuentran la carencia de antecedentes penales, así como la superación de pruebas teóricas y prácticas sobre el uso y manejo de las mismas.

Asimismo, para evitar que un arma pueda ser utilizada indebidamente cuando el titular deje de tener derecho a su tenencia y uso, la normativa establece que sean inutilizadas o destruidas.

La inutilización de un arma, a partir del año 2011, está regulada por una normativa "muy severa", de tal modo que es sometida a un proceso que afecta a todas las piezas fundamentales de ésta, siendo imposible volver a usarla con plena capacidad de funcionamiento.

Igualmente, la Guardia Civil lleva a cabo periódicamente la destrucción de armas de fuego de diversos calibres, así como armas blancas prohibidas.