"No tenemos espacio en nuestros locales para poner la cama, la cocina y vivir aquí...", ironiza Diego Mostazo, vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres (Aeca). Lanza este sarcasmo como análisis general a la ampliación de más jornadas de apertura de las tiendas en domingos y festivos. Hace un año que el Tribunal Supremo dio la razón a los ayuntamientos de Badajoz y Cáceres, que pidieron subir de 10 a 16 los días permitidos para recibir clientes en las grandes superficies. Y, según Mostazo, el cambio ha sido muy perjudicial para ellos: «El pequeño comercio está condenado a muerte», resume.

Cuando el verano pasado salió esta sentencia que no admite recurso (interpuesta por ambos Gobiernos locales), ya expresaron su malestar. Al igual que ocurrió entre los empresarios del centro y el casco antiguo de Badajoz. Argumentan que no abren más días porque no les compensa, por lo que no pueden competir con las grandes franquicias.

LOS ANTECEDENTES

El conflicto comenzó en el año 2013, cuando la Junta de Extremadura la capitaneaba el PP de José Antonio Monago. Entonces se decidió declarar a Cáceres, Badajoz, Moraleja y Mérida como Zonas de Gran Afluencia Turística (ZGAT), lo que permitía a los establecimientos de más de 300 metros cuadrados abrir 16 domingos o festivos al año entre los meses de febrero, marzo, abril, mayo, junio y octubre (las tiendas de menor tamaño pueden operar todos los días que lo deseen, aunque en la práctica la mayoría no amplía jornadas porque no les resulta rentable).

Con el cambio de Gobierno regional, que pasó de nuevo a manos del PSOE de Guillermo Fernández Vara, la Consejería de Economía e Infraestructuras revocó en abril de 2016 las ZGAT; de nuevo se estableció el límite en los 10 domingos o festivos al año. Pero los ayuntamiento de Badajoz y Cáceres recurrieron y la justicia les terminó dando la razón.

LOCALES CERRADOS

¿Qué hace un Carrefour abriendo un domingo por afluencia turística? Si el turismo está en la zona de la plaza y el casco antiguo...», asegura el portavoz de los comerciantes de Cáceres. «El dinero para consumir es el que hay, si beneficias a esas grandes superficies van a ser las que más vendan en detrimento de los otros. ¿Somos tan tontos de que si hubiera mercado los sábados por la tarde no íbamos a abrir nosotros las tiendas? Pero es que al final te cuesta dinero entre la luz, el aire acondicionado... porque no se vende», apostilla. Y añade: «Hay muchos locales cerrados, más de 200 en toda la ciudad, entre otras cosas porque los alquileres son muy altos. Solamente en la calle Goméz Becerra, que es una vía muy cortita, hay 15 sin uso. Es el reflejo de la que se nos ha venido encima».

Mostazo habla, igualmente, de los dos grandes enemigos del comercio local: Internet y los nuevos hábitos de consumo, contra los que sí pueden luchar las grandes superficies.

Y va más allá: «¿Cómo se casa esto de abrir más festivos con la conciliación familiar? Es jugar a dos bandas».

¿Soluciones? «La Cámara de Comercio de Cáceres montó una web para la venta online del pequeño comercio. No es que vaya a ser la salvación ni mucho menos, no obstante era una iniciativa que se podría haber desarrollado, pero quedó en el aire».

Además, aunque expresa que «lógicamente no se puede ir en contra de la ley», quieren solicitar una reunión con el nuevo alcalde, el socialista Luis Salaya, quien también se opuso a que se aumentara la apertura de domingos (fue la anterior regidora, la popular Elena Nevado, la que presentó el recurso).

«DESMESURADO»

Desde Badajoz, Félix Retamar, representante de los comerciantes de la calle Menacho, comparte argumentos. «Teníamos esperanza de que fuera distinto, pero lo cierto es que ha habido domingos que no era nada idóneo abrir al público. De los que llevamos (la sentencia se empezó a aplicar a principios de octubre), el 50% no han sido rentables. Es que 16 festivos es desmesurado», subraya.

«Nosotros quisimos ir de la mano del ayuntamiento -continúa- y sumarnos a las iniciativas para fomentar la actividad comercial, pero no funciona porque realmente no hay más consumo». Si abren las grandes superficies, la clientela no pasa de ahí. En este caso el ejemplo es más que evidente: el público se queda en el centro comercial El Faro, a las afueras de la ciudad, y no acude ni al centro ni al casco antiguo, donde hay negocios particulares intentan ofrecer otro tipo de productos. «Pero es que también ocurre una cosa: en mayo y junio los domingos que se permitía abrir, solo funcionaron las tiendas de Inditex de El Faro, no las de la calle Menacho. De manera que nos arrastran a este modelo y después no lo cumplen...», denuncia Retamar.

Su proposición es apostar por actividades que mezclen también el ocio y la cultura, no solo el consumo. «Pero aunque se dinamice la actividad económica, esos 16 domingos o festivos es demasiado», insiste.

LAS CONDICIONES LABORALES

Uno de los principales argumentos que esgrimieron los ayuntamientos de Cáceres y Badajoz para la defensa de ampliar jornadas es que supone una fuente de creación de empleo. «Pero lo único que se consigue es seguir alimentando la precariedad», afirma Tina Tarriño, secretaria general de la Federación de Servicios de CCOO Extremadura.

Asimismo, manifiesta: «Para que pueda haber más consumo es estrictamente necesario que los trabajadores tengan más capacidad económica, y no está ocurriendo».

Tarriño pone el foco igualmente en cómo no se tiene en cuenta la ordenación horaria del empleado. «Es cierto que la tendencia europea va en la línea de la liberalización horaria, pero no se puede olvidar la conciliación, sobre todo teniendo en cuenta que es la mujer casi siempre quien ocupa esos puestos precarios».

En la misma línea se expresa, desde UGT, José Selva Antonio, secretario de la sectorial de Comercio de Extremadura: «Al pequeño comercio no le interesa porque si tiene que contratar a una persona, debe pagarle lo que dice el convenio, 14 o 15 euros a la hora. A las grandes superficies sí les viene bien porque, al fin y al cabo, ya tienen el gasto hecho. En el convenio de grandes almacenes los empleados están obligados a trabajar los festivos de apertura pero sin una compensación económica, es decir, que por un festivo o un domingo lo que le dan es un día de descanso entre semana, que siempre es un martes, un miércoles o un jueves, nunca un lunes, un sábado o un viernes, de manera que es muy difícil compaginar con la vida laboral».

«NO SE AMPLÍA PLANTILLA»

Selva Antonio también asegura que, en ningún momento, se amplía plantilla. «Si un día normal en un pasillo de un gran almacén hay cuatro personas para hacer el trabajo, en un festivo están uno o dos empleados para exactamente lo mismo». Y, por otra parte, pone otro ejemplo de qué pasa algunos domingos o festivos: «Pero es que a veces están los empleados mirándose las caras unos a otros porque no tienen nada que hacer, porque no hay clientela, porque más allá del mes de diciembre, que es el tradicional de las compras y el gasto, no hay actividad. Hemos visto que así ha ocurrido en marzo, abril, mayo o junio».

Y apunta que el pequeño comercio sabe que lo que no haya vendido de lunes a sábado por la mañana, no lo va a hacer ni por la tarde ni el domingo, de manera que la ampliación solo les perjudica porque les deja fuera de juego.

OTRA VISIÓN

Desde la Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex), su secretario general, Javier Peinado, da otro punto de vista: «No hay que olvidar que Internet está abierto 24 horas los 365 días del año, por lo que no nos podemos oponer a la libertad de horarios en el comercio». No obstante sí reconoce que no se produce una subida en el empleo, que los que se generan son temporales y que no es, para nada, el argumento clave.

«También hay que tener en cuenta -apunta- que hay muchos tipos de negocios. Y, por supuesto, que debemos adaptarnos a las nuevos hábitos de los clientes, porque es la única manera de incrementar la actividad económica».

Esos nuevos hábitos de consumo chocan de frente con las condiciones laborales de los comerciantes. El debate está servido.