Las ventas «legales» de cigarrillos y picadura de tabaco han crecido en Extremadura por encima de la media nacional en el primer semestre de 2019, un 2 y 7,44%, respectivamente, un hecho que ha ido en paralelo a una «drástica» bajada en el contrabando de cajetillas, que casi está erradicado.

Así lo puso de manifiesto ayer la directora de Asuntos Corporativos Legales de Altadis, Rocio Ingelmo, que presentó en Mérida el V Congreso Frente al Contrabando, que se celebrará en la capital extremeña el próximo 3 de octubre, informa EFE.

En el primer semestre se vendieron en Extremadura 30.828.445 cajetillas de cigarrillos frente a los 30.224.607 de 2018, mientras que la picadura de tabaco ha pasado de los 78.381 kilos del primer semestre del año pasado a los 84.208 de este año.

Según explicó, los datos del primer semestre de 2019 señalan que a nivel nacional hay una leve caída de los niveles de venta ilegal, del 9,4% al 8,1, en el caso de Extremadura «es muy grande», ya que se pasa del 6,2% a «prácticamente cero».

Esta buena noticia «va en paralelo» con el aumento de las ventas «legales» de cajetillas de cigarrillos y tabaco para liar, lo que pone de manifiesto que el consumidor está volviendo al estanco y le hace ser optimistas.

Sin embargo, indicó que no se reduce al mismo ritmo el contrabando de hoja de tabaco picado, del que no se dispone de datos oficiales, más allá de los que proporcionan las aprehensiones de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Rocío Ingelmo también se refirió a los efectos negativos para la salud que también tiene el comercio ilícito de las cajetillas y, sobre todo, de la hoja de tabaco picado, al no pasar los controles de producción y la ausencia de información sobre los ingredientes que lleva.

En este punto, destacó que la mayor parte de los cultivadores extremeños de tabaco comercializan el producto por los cauces legales y añadió que en la detección de fábricas ilegales en España, «en ningún caso la hoja de tabaco tiene procedencia en Extremadura».

Segín dijo, el problema de Extremadura es «el menudeo», las pequeñas cantidades que los cultivadores venden «a otros compradores» en lugar de al circuito de Cetarsa.

A estos cultivadores, les ha recordado la calidad y la reputación que el tabaco extremeño tiene en el mundo y los esfuerzos que supone mantenerlos, por lo que cuando venden fuera del cauce legal causan problemas no solo a sus compañeros que no lo hacen sino a toda la comunidad.

Ingelmo, que resaltó el compromiso de Altadis en la compra de tabaco extremeño, puso de manifiesto la importancia de la colaboración ciudadana y, sobre todo, expendedores de tabaco para denunciar estas ventas ilegales.