Los extremeños viven cada vez más años, gastan más dinero, se dan el sí quiero cada vez menos delante de un altar, dejan el campo y la industria para irse a la construcción y al sector servicios (principales motores de riqueza de la región), y son cada vez más los que cobran algún tipo de prestación social, sobre todo por desempleo dado el incremento del paro. Es la radiografía básica que se obtiene de los datos que desprende el informe Indicadores Sociales 2009 que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE) y cuyos últimos datos cerrados corresponden al año 2008. Esta operación estadística presenta un compendio de indicadores relativos a aspectos globales de la realidad social española. Los objetos de investigación se clasifican según campos de preocupación social: población; familia y relaciones sociales; educación; trabajo; renta, distribución y consumo; protección social; salud; entorno físico; cultura y ocio; cohesión y participación social. En el siguiente informe se analiza la evolución de una década, para poder observar con rigor los cambios experimentados en la sociedad extremeña.

El gasto se duplica...

Teniendo en cuenta que los últimos datos del INE se refieren al año 2008, una familia extremeña gasta al año en bienes y servicios una media de 25.280 euros, el doble que una década antes. En todo caso, este desembolso está por debajo de la mayoría de comunidades autónomas, ya que la media se situó en el 2008 en 32.000 euros, casi 15.000 más durante la evolución de la década. Además, si se analiza el gasto por persona, Extremadura también está a la cola del país, pese a que a lo largo de diez años este gasto ha crecido considerablemente, al pasar de una media de casi 4.000 euros a los algo más de 9.100 en el 2008. En España ese incremento ha sido menor en el mismo período de tiempo, y ha pasado de 5.480 euros por persona a 11.800.

... Al igual que el PIB

El Producto Interior Bruto (PIB) es el indicador que marca la riqueza de un territorio. En este sentido, en Extremadura el PIB se ha duplicado en diez años, al pasar de 9.038 millones de euros a los 18.033. Pero, al diseccionar esa riqueza por sectores se comprueba el peso que ha adquirido la construcción y los servicios en detrimento de la agricultura y la industria. Así, si el campo extremeño generaba el 14% del PIB en 1998, diez años después ese porcentaje cae a la mitad (7,7%). La industria también ha decrecido, pero menos; y baja un punto en este período hasta situarse en el 10,2%. Sin embargo, la construcción ha subido seis puntos y supone casi el 16% del PIB; mientras que el sector servicios es el que más riqueza crea, el 66% del total; dos puntos más que diez años antes.

Más ayudas sociales

En Extremadura hay casi 400.000 personas que perciben alguna prestación social, casi 90.000 más en la última década analizada por el INE. Además, más de 71.500 extremeños son perceptores de ayudas por desempleo (siempre teniendo en cuenta que este dato corresponde al año 2008), 21.000 más en diez años. Las cifras nacionales señalan que más de 19 millones de personas reciben prestaciones sociales (5,5 millones más en diez años), y que 1.815.000 son perceptores de ayudas por desempleo, casi 700.000 más en una década.

La lacra del paro

Precisamente el paro es el principal problema que arrastra la comunidad extremeña desde hace años. Y es que la tasa de paro sigue estando muy por encima de la media, aunque ha pasado de casi el 29% en el año 1998 al 15% en el 2008 (cuatro puntos más que la media nacional). El desempleo es un problema que sufren sobre todo las extremeñas, aunque cada vez son más las que se incorporan al mercado laboral y en mayor medida que los hombres. En este sentido, destaca como la población ocupada ha pasado en esos diez años de 296.900 personas a 409.300; siendo 152.200 las mujeres (63.000 más en diez años). Otro dato que refleja ese cambio de tendencia en la sociedad extremeña es que la población activa (aquella en edad de trabajar que manifiesta querer hacerlo) ha crecido en cinco puntos y se situó en el 2008 en el 53,5%; pero mientras se mantuvo entre los hombres, creció un 8% entre las mujeres.

Menos al altar

Al margen de los datos puramente económicos, hay otros indicadores sociales que reflejan cómo ha cambiado España en general y Extremadura en particular. Así, destaca el hecho de que en la región en diez años se haya registrado 600 matrimonios menos, que hayan crecido los enlaces entre personas del mismo sexo (han pasado de representar el 0,24% en el 2005 al 0,41% en el 2008) aunque es el menor índice de todo el país, que los matrimonios civiles se hayan duplicado, mientras que los divorcios se han multiplicado por cuatro, y que casi se haya triplicado el número de nacimientos de mujeres no casadas. Además, las mujeres son madres cada vez a mayor edad (una media de 31 años), se han practicado 500 abortos más en diez años, y cada vez son menos las personas que forman un hogar.

Un padrón ´extranjero´

La población extremeña está cada vez más envejecida, entre otras razones porque la esperanza de vida ha crecido en dos años y la media se sitúa en los 81 años (en las mujeres, 84 años). Pero destaca sobre todo el notable incremento de la población extranjera, que sustenta el crecimiento generalizado experimentado en la comunidad autónoma. Así, mientras de 1998 al 2008 la población censada en Extremadura ha crecido en 20.000 personas, son 31.000 más los ciudadanos extranjeros censados.

Generaciones preparadas

Otro indicador valioso del avance social de Extremadura es el hecho de que cada vez son más quienes tienen estudios superiores, aunque a fecha del 2008 todavía estaba por debajo de la media nacional. A este respecto, cabe destacar que mientras en 1998 el 26% de los extremeños eran analfabetos, diez años después ese indicador cayó hasta el 19%; aún así, ocho puntos por encima de la media. Además, casi el 17% de los extremeños mayores de 16 años tienen estudios superiores, cinco puntos más.

La sanidad se resfría

La sanidad en Extremadura ha mejorado en la última década, según los datos del INE, ya que hay más médicos y enfermeros, y han caído de forma notable la mortalidad infantil y los casos de Sida. Sin embargo, el gasto farmacéutico sigue siendo el lastre de la sanidad extremeña. Basta un dato. En 1998 ese gasto ascendió a 165 millones de euros y diez años después se situó en 348, más del doble. Eso se traduce en que el gasto por persona ha pasado de 154 a 317 euros.