Los trabajadores extremeños realizaron 1.318.863 horas extraordinarias remuneradas en el 2015, de acuerdo a los datos contenidos en un informe de la empresa de recursos humanos Randstad elaborado a partir de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supone un incremento del 3,2% respecto a la cifra registrada en el 2014, cuando se realizaron 1.278.162 horas. A nivel nacional, los trabajadores españoles efectuaron el año pasado 126,6 millones de horas extraordinarias remuneradas, lo que significa un crecimiento del 12,8% respecto al 2014, aunque se sigue estando lejos aún del pico más alto, que se alcanzó en el 2008 con 176 millones.

No obstante, el reciente informe de CCOO Las horas extras no pagadas, explotación más allá de la precariedad estima que las horas extras que se abonan representan menos de la mitad de todas las que se hacen. Y no solo eso, también apunta que la proporción que supone el tiempo de trabajo adicional a la jornada que no se abona sobre el total del que se efectúa no ha hecho más que incrementarse durante los años de crisis. "Se están haciendo prácticamente las mismas horas extras que en el 2008. La diferencia es que se ha producido una reducción de las que se pagan", afirma Miguel Coque, secretario de Formación y Empleo de este sindicato en Extremadura.

Extrapoladas a la comunidad autónoma las estimaciones nacionales que hace CCOO, en el 2008 se totalizaron 1,8 millones de horas extras pagadas y hubo 1,15 millones más sin retribuir, con lo que estas últimas supusieron un 39% de la suma. Siete años después, en cambio, las horas que no se pagaron fueron en torno a 1,65 millones, con lo que la proporción escaló hasta el 56%. "Lo que ha habido es una transferencia de rentas del trabajo a rentas del capital" resume Coque. "La conclusión es que el trabajador está más precarizado, cobra menos y trabaja más", apostilla este responsable sindical. Cobra menos porque echa más tiempo en su puesto que luego no se le incluye en la nómina. Y trabaja más porque, recuerda, el número de asalariados ha disminuido con la crisis, así que es prácticamente el mismo número de horas de más pero a repartir entre menos personas.

El informe de Randstad coloca a Extremadura como la región española en la que menos horas extras se realizan por cada trabajador al año, con 3,69, la mitad que a nivel nacional, donde se hacen 7,08, y a mucha distancia de regiones como Aragón (9,48 horas), Cataluña (8,76), Navarra (8,67) o Madrid (8,22). Entre las razones que están detrás de este diferencial entre la región y las demás autonomías, apunta Coque, está el escaso peso en el tejido empresarial extremeño de la industria, el sector en el que más habitualmente se retribuye este tiempo complementario. Así, en las actividades industriales se contabiliza una media de 11,97 horas por empleado al año en España, frente a las 6,51 de la construcción o las 6,18 de los servicios. Por este mismo motivo, Coque resalta que aplicar las estimaciones nacionales de horas extras que no se pagan a la comunidad autónoma es un cálculo "totalmente conservador".

Otros elementos que completan el perfil más habitual de dónde se compensan económicamente las horas extra es que suele tratarse de empresas "donde hay representación legal de los trabajadores y sigue habiendo negociación colectiva", resalta, poco que ver con el tejido empresarial de la región, puntualiza, "muy atomizado y con gran cantidad de empresas que no llegan a los seis trabajadores y, por tanto, no tienen representación legal". Y donde menos se remuneran, por contra, es en el sector agrícola y en el de los servicios, en actividades como la hostelería, el comercio o el transporte.

TIPOS DE CONTRATO En cuanto al tipo de contrato, conforme al estudio de CCOO, en un 65% de los casos quienes cobran estas horas tienen contrato indefinido a tiempo completo y un 23% temporal a tiempo completo. Un 7% indefinido a tiempo parcial y un 5% temporal parcial.

A juicio de Luis Pérez, director de Relaciones Institucionales de Randstad, "las horas extras son una forma de flexibilidad interna de las empresas que, cuando tienen necesidades adicionales, en ocasiones optan por ampliar el tiempo de trabajo de sus empleados". Sin embargo, matiza, "un abuso del tiempo de trabajo conlleva, habitualmente, una reducción de la productividad del profesional, por lo que pueden resultar contraproducentes para la compañía". En este sentido, apunta que existen otras formas de flexibilidad "que aseguran la calidad del trabajo, el incremento de productividad real, y el correcto descanso de los empleados, como la incorporación de trabajadores a tiempo parcial o de forma temporal".

Coque coincide en que "toda esta cantidad de horas extras se podría transformar en empleo a través de la implementación de contratos a tiempo parcial" pero, matiza, "un tipo de contrato a tiempo parcial que pueda ser mucho más controlable, negociado en el contexto de la empresa y vigilado".