La violencia doméstica es aquella que se ejerce dentro del ámbito familiar, por ejemplo, cuando un padre o una madre agreden a su hijo o hija, o viceversa; o cuando ocurre entre dos hermanos; o cuando los abuelos son las víctimas; o cuando es la mujer la que ejerce maltrato sobre el hombre (si es al revés se cataloga como violencia de género).

En Extremadura los casos de maltrato doméstico subieron el pasado año con respecto a 2017, principalmente porque aumentaron las agresiones de hijos a padres, que son las más numerosas en este capítulo. Así se establece en el último estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE): en la comunidad hubo 224 víctimas de violencia doméstica en 2018 (se registraron 185 en 2017). Casi la mitad (102) fueron ataques de hijos a padres. Y el 63% de esas víctimas eran mujeres.

Asimismo, se establecieron 191 condenas con sentencia firme por asuntos relacionados con este tipo de agresiones (físicas y psicológicas); y casi el 64% de ellas fueron impuestas a hombres.

Tres veces más

Aunque en el discurso político, a veces, se mezclen ambos tipos de realidades, lo cierto es que los casos de violencia de género (o machista) son tres veces más numerosos que los de violencia doméstica.

De ahí que exista una ley específica para afrontar el maltrato de hombres a mujeres.