Las matanzas caseras o domiciliarias han sido una de las tradiciones más enraizadas en la región. Sin embargo, la celebración de esta actividad cae en cada temporada. En una década, el número de matanzas domiciliarias se ha desplomado a más de la mitad en Extremadura pasando de 26.541 matanzas en la campaña 2001-2002 a 10.762 en la del 2007-2008 (15.779 menos), es decir, entorno a un 60% menos, según los datos de la Junta.

Paralelamente, esta recaída implica el descenso proporcional del número de cerdos sacrificados en matanzas, pasando de 48.149 en 2001-2002 a 20.648 en la temporada pasada, lo que representa una reducción de un 57%. Sin embargo, y a pesar de esta tendencia los extremeños no han dejado de "consumir cerdo" en la región, como sostiene Bibiano Serrano, presidente de Apag-Asaja.

Para este representante del sector este fenómeno "entra dentro de la normalidad y de la comodidad". El cambio de hábitos, el envejecimiento y la despoblación del medio rural, que es el principal foco de esta práctica, son algunos factores que causan este fenómeno.

Según Serrano, esta tradición familiar motivada "para almacenar los productos embutidos durante el año" está recayendo ya que "cada vez hay más fábricas que hacen embutidos de alta calidad", lo cual ahorra "tiempo y costo". No obstante, una de las "ventajas" que sí se pierden es que "cada cual lo guisa como quiere".

Ante esta situación, la tónica actual es encargar directamente al carnicero la carne de cerdo para que, sin matar al guarro, las familias puedan guisar y obtener la chacina que deseen.

Por provincias, según los datos registrados por la Junta, Badajoz es donde más cerdos se sacrifican para hacer embutidos, 7.352 matanzas y 15.109 cerdos sacrificados mientras que en Cáceres se celebraron 3.410, es decir, casi la mitad menos y 5.539 cerdos sacrificados. En total, los extremeños han matado en sus casas 20.648 cerdos para su consumo casero.

Es un hecho que las matanzas en la región están llegando a su particular apocalipsis, pero ¿Llegarán a desaparecer por completo? Serrano sostiene que "evidentemente" dejarán de hacerse en el futuro. "Es la pérdida de una tradición pero es lógico porque cuando cambie la generación que las hace hoy día ya no habrá más matanzas porque las nuevas generaciones no se interesan lo bastante", apunta.

El hecho de que la matanza deje de existir para Serrano "será para mejor", aunque uno de sus reclamos son los buenos momentos junto a los familiares y amigos. Sin embargo, con la nueva tendencia, opina, "ya no hay que preocuparse" por aprovisionarse de alimentos. El mercado ofrece todo de lo que el consumidor pueda necesitar en cada estación.