La mayoría de los puntos de atención continuada de la provincia de Cáceres sigue sin celadores desde el verano del 2012. En concreto, 35 de las 55 urgencias que dan cobertura a todos los cacereños no cuentan con este servicio y sólo nueve de ellos disponen de esta figura a tiempo completo. El resto está cubierto por celadores de forma parcial, es decir, menos tiempo del horario total del centro. En la provincia de Badajoz la cobertura es mucho mayor. Apenas ocho urgencias rurales carecen por completo del servicio, aunque hay otras 16 que no tienen suficientes celadores para mantener el servicio durante toda la jornada.

Desde el año 2001, la Junta de Extremadura destinaba fondos a los ayuntamientos para que estos contrataran al personal necesario para sus centros de salud, donde se ubican los puntos de atención continuada. Mediante la fórmula de convenios semestrales subvencionaba a los ayuntamientos con alrededor de cuatro millones de euros en total cada año para pagar a los celadores, que no formaban parte de la plantilla orgánica de la Administración regional. En el año 2010, por ejemplo, la Junta contrató a 284 celadores por un montante de 3,9 millones de euros.

Sin embargo, en el verano del 2012 el anterior gobierno del PP, liderado por José Antonio Monago, modificó el servicio de urgencias rurales. Los cambios no sólo afectaron al cierre y merma de los horarios de más de una veintena de PAC sino también a su personal. Así, el Ejecutivo de entonces decidió romper los convenios que se firmaban con los ayuntamientos que se renovaban anualmente y anunció que sería la propia Administración la que contrataría a los celadores a través de la bolsa de empleo de esta categoría del Servicio Extremeño de Salud (SES). Argumentó que esos acuerdos rubricados entre la Junta y los consistorios no eran legales porque la cesión de trabajadores entre administraciones no se ajustaba a la jurisprudencia de los años 2009 y 2010. La Ley de Racionalidad y Sostenibilidad de 2012 introdujo cambios en la cesión de actividades impropias de la Admnistración.

El SES no renovó los 87 convenios con los municipios y empezó entonces a solventar la extinción de los 281 contratos de celadores tirando de su propia bolsa de trabajo, pero pese al anuncio del anterior presidente nunca se llegaron a cubrir todas las vacantes. Así, actualmente en el conjunto de la comunidad casi la mitad de los 114 puntos de atención continuada no cuentan con ningún celador desde hace cuatro años, cuando antes el servicio llegaba a todos y durante todo el tiempo que permaneciera abierto el centro, por lo que había puntos que tenían contratados hasta cuatro celadores. Esto ocurre ahora sólo en 44 de los 114 PAC repartidos por la geografía extremeña. Además, hay otros 27 centros que no tienen una cobertura total de celadores y otros 43, el 38%, que no cuentan con el servicio. De los 281 celadores que había antes de que se suspendieran los contratos con los ayuntamientos en el 2012 se ha pasado a algo más de un centenar.

Las diferencias son acuciantes entre provincias pero sobre todo entre las ocho áreas de salud. Unicamente el área de Badajoz tiene cubierta la plantilla de celadores, con el mismo número que había antes de suspender los convenios. El resto de áreas, por su parte, han visto mermado su servicio desde hace cuatro años. En las zonas rurales del área de salud de Cáceres faltan 23 celadores respecto a los que había en el 2012, en la de Plasencia otros 22, en la de Don Benito-Villanueva trabajan 21 celadores menos, en Mérida 15 menos, en Coria faltan 14, en Llerena-Zafra no se han cubierto ocho vacantes y en el área de Navalmoral de la Mata no se han renovado a cuatro celadores desde el 2012. Esto supone un recorte superior a los dos millones de euros anuales.

El celador es la primera vía de acceso al sistema sanitario especialmente en los pueblos, a los que más afecta la falta de este personal. Atiende en primera instancia al paciente, informa, ayuda en los traslados,... pero sobre todo mantiene abierto el centro sanitario cuando el equipo médico se tiene que desplazar a atender alguna urgencia, algo común en las poblaciones rurales porque habitualmente cubren más de un municipio.

Desde el verano de 2012, los puntos de atención continuada que se quedaron sin celadores tienen que cerrar sus puertas cuando los sanitarios no están. En su lugar, la mayoría ha tenido que instalar porteros automáticos que desvían el aviso del timbre al teléfono del médico o el enfermero de turno para avisar de una nueva urgencia. "Es lo único que podemos hacer, cuando el equipo tiene que salir, la puerta está cerrada. Nos quitaron los celadores a todos y sólo los volvieron a poner en los pueblos de Badajoz; en Cáceres se gastarían el dinero en otras cosas", lamenta Eusebio Batalla, alcalde de Santiago de Alcántara, uno de los pueblos cuyo PAC no tiene celador desde julio del 2012. El punto de urgencias de esta localidad da servicio 24 horas a otros tres municipios: Carbajo, Cedillo y Herrera de Alcántara.

Este alcalde, del PP, reconoce que sería una buena noticia para la zona volver a contar con celadores. "Sobre todo para los vecinos que se desplazan de otros pueblos porque tienen que esperar en la puerta sea la hora que sea. Nos hemos quejado mucho, algún ayuntamiento lo habrá contratado con sus propios fondos, pero para nosotros es inasumible", dice Batalla.

RECUPERAR LOS CONVENIOS La actual Consejería de Sanidad reconoce que la carencia de celadores afecta principalmente a las zonas rurales, puesto que los centros de salud de las áreas urbanas generalmente están cubiertos, y precisa que está buscando fórmulas para poder restablecer el servicio que afecta a la calidad de la atención sanitaria, señalan desde la consejería.

Otros alcaldes de los pueblos afectados por los recortes en sus PAC también lo demandan. Logrosán es otro de los municipios sin celador desde hace 4 años. "Nos los quitaron de la noche a la mañana y es importante recuperarlos, pero dependerá de la disponibilidad presupuestaria porque la situación no es la misma que años atrás", dice el alcalde socialista, Juan Carlos Hernández.

Por su parte, su homólogo de Cilleros, Félix Ezcay (PP), también considera positivo que el centro de salud de su localidad recuperara los celadores. "Sería muy importante porque si el equipo tiene que salir, el centro se cierra, pero es algo que debe asumir el Servicio Extremeño de Salud y no los ayuntamientos. También nos hace falta el servicio de ambulancia que no existe y lo demanda la población". Este PAC fue uno de los que se quedó sin servicio nocturno a partir del año 2012 pero el pasado mes de octubre volvió a recuperar la normalidad en la segunda fase de reaperturas de los PAC llevada a cabo por la Junta. Desde entonces permanece abierto las 24 horas del día para dar servicio a los vecinos de Cilleros, de Villamiel y de San Martín de Trevejo.