Desde los 14 años he cambiado muy poco. Soy periodista vocacional. Siempre me he bebido los periódicos. Mi abuelo estaba suscrito al ABC , que llegaba calentito cada mañana. Mi padre tenía la colección completa de Mundo Gráfico , con la que también flipaba. Tenía un tío, Fernando, que era periodista en Badajoz, pero no tenía trato con él. Siempre tuve la inquietud y la novelería de la información y me gustaba la noticia escrita. No consumo radio y la televisión era para mí un elemento de distracción, no de información. Se me ha pasado un poco lo vocacional y lo del nudo en el estómago cada vez que encuentras una información que te impacta. Pero me sigo sorprendiendo con informaciones que te hacen pellizco en el estómago.