La media veda abre hoy la temporada de caza 2010-2011 en Extremadura y lo hace marcada por la estabilidad --no hay novedades respecto al año pasado-- y por una preocupación perenne entre los aficionados: el descenso de la población de tórtola común, la especie reina de este periodo cinegético.

Desde hoy y hasta el próximo 12 de septiembre más de 30.000 cazadores podrán salir al campo para abatir tórtolas, palomas torcaces, estorninos pintos, urracas, grajillas, ánades reales, codornices o zorros. Como ya ocurrió el año pasado, esas son las ocho únicas especies que está permitido cazar durante estas cuatro semanas en Extremadura, según recoge la orden de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, organismo encargado de regular la actividad cinegética en la región.

"La perspectiva es que sea una media veda similar a la del año pasado", explica Rafael Domínguez. Como presidente de la Federación Extremeña de Caza, estima que habrá menos tórtolas, pero éstas estarán más repartidas por el territorio regional debido "a la proliferación de comederos autorizados". "Será un campaña estable", coincide Luis Felipe Gutiérrez, máximo responsable de la Asociación Extremeña para la Conservación de la Naturaleza y la Caza (Aconcaex). "En abril llegaron muchas tórtolas desde Africa, pero también se han marchado muchas. En las zonas donde no se han registrado grandes tormentas van a tener una media veda bastante buena, porque han criado abundantemente", sostiene. En Aconcaex están representadas la mayoría de las sociedades de cazadores de la comunidad.

La situación de la tórtola ha llegado a ser preocupante en la región. Un estudio de la Universidad de Extremadura cifró en un 60% el descenso de la población de este ave migratoria durante la década de los noventa y, en los últimos años, la tendencia negativa se ha suavizado, aunque la especie sigue en recesión. La desaparición de explotaciones de cereal por la Política Agraria Común (PAC), el uso de pesticidas y fertilizantes y unos periodos de sequía cada vez más frecuentes aparecen entre las causas. Los ecologistas incluyen en este listado la excesiva presión cinegética, algo que los cazadores rechazan. Estos incluso abogan por la adopción de nuevas medidas para la conservación de la especie, autóctona de Europa y Africa. "La administración debería permitir la caza de la tórtola turca, que está desplazando a la tórtola común", defiende Rafael Domínguez. "Son dos especies que no compiten. Lo que hay que hacer es limitar a dos o tres los días de caza en cada finca y regular horarios para que la presión cinegética no sea excesiva", disiente Luis Felipe Domínguez.

LAS OTRAS ESPECIES Al margen de la tórtola, el sector también espera una buena campaña de paloma torcaz. Se trata de la otra especie fetiche de la media veda. Su población es estable y, en principio, no presenta amenazas. La codorniz mantiene amplia presencia en las Vegas del Guadiana, el Alagón y la Campiña Sur; mientras que el ánade real y el estornino estan expandiéndose. "Pero es tan difícil distinguir en pleno vuelo un estornino pinto --permitido cazar-- de uno negro --no permitido--, que los cazadores no se atreven a disparar por miedo a equivocarse y ser denunciados", señalan desde la federación autonómica. El resto de presas despierta un interés menor o muy localizado para los cazadores.

Rafael Domínguez estima que cerca de un tercio de los cazadores de la región participarán en la media veda. Actualmente en Extremadura hay unas 90.000 licencias. A ellos se sumarán aficionados llegados de otras comunidades, sobre todo Andalucía y Castilla-La Mancha, pero en un número mucho menor que para la caza mayor.