NI HISTORIAL NI PRUEBAS

  • Los médicos de la sanidad penitenciaria realizan en la prisión las atenciones básicas (el equivalente a la Atención Primaria para la población general), pero la asistencia especializada se presta en los hospitales. Como no pertenecen al SES, médicos de la cárcel no pueden consultar los resultados de las pruebas que se realizan a los presos y dependen de la colaboración desinteresada de otros facultativos. Además, tampoco pueden acceder a los historiales de la población reclusa, por lo que desconocen qué enfermedades han tenido antes de entrar en prisión

PLURIPATOLOGÍAS

  • Muchos de los reclusos son pacientes con pluripatologías (proceden del mundo del alcohol, las drogas..), tienen enfermedades mentales o algunas de elevada prevalencia en ese entorno, como al VIH, tuberculosis o hepatitis C. La falta de coordinación complica la asistencia a todos ellos.