La Junta de Extremadura reclama que las medidas policiales formen parte de la labor preventiva de los incendios, ya que, al margen de la vigilancia policial, "se echan en falta las labores policiales a cargo de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, tendentes a evitar la actuación de pirómanos", reiteró. A este respecto, el Parlamento Europeo exige una revisión urgente de los sistemas de prevención de incendios forestales para paliar desastres como los ocurridos en Extremadura este verano, donde se han quemado 44.102 hectáreas y ha habido daños valorados en 40,6 millones de euros, según un informe oficial de la Delegación del Gobierno.

Según el Ejecutivo autonómico, cualquier labor en relación con los incendios forestales "siempre es mejorable, por mucho que se haya hecho hasta el momento, tanto en labores preventivas fuera de la temporada de riesgo, como en las propias tareas de extinción". Así, señaló que "pese al gran número de incendios, al parecer, provocados que hay cada año, no hay conocimiento público de que se produzcan detenciones por estos hechos en Extremadura", o de que las "hipotéticas investigaciones" sirvan para prevenir los incendios.

En este sentido, aunque la Junta reconoce que la coordinación y colaboración entre las diferentes administraciones ha sido "muy buena", critica que "en un apartado tan importante de la prevención, como es la vigilancia policial, cuya responsabilidad corresponde al Delegado del Gobierno en Extremadura, las carencias han sido más que evidentes".

CULPA DEL PP

Sin embargo, estas "carencias", a juicio de la Junta, no es de los miembros de estos cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, sino a "la permanente política del Gobierno del PP de reducir los efectivos de la seguridad pública en toda España en general, y en Extremadura en particular, donde cada verano se desmantelan plantillas para enviar efectivos a las zonas costeras y turísticas".

Por otro lado, el pleno del Parlamento Europeo solicitó ayer una revisión urgente de los sistemas de prevención de incendios forestales, y reiteró su punto de vista de que la Comunidad debe fomentar tanto medidas de prevención como de vigilancia.

Las llamas han arrasado este verano en la región 44.102 hectáreas y han causado pérdidas por valor de 40,6 millones de euros, según un informe oficial encargado por la Delegación del Gobierno en Extremadura.