El Ministerio de Medio Ambiente ha establecido duras condiciones a la construcción de la autovía entre Trujillo y Cáceres, ya que aproximadamente la mitad de su trazado atraviesa la Zona de Especial Protección de Aves de Los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes.

En la memoria de la Declaración de Impacto Ambiental de las obras se indica que el trazado es "viable ambientalmente", pero añade que todas las alternativas presentadas por la Dirección General de Carreteras atraviesan la zona protegida, como no podía ser de otro modo, ya que esta Zepa, en forma de luna creciente con un diámetro cuyo centro es la capital cacereña, abarca desde Santiago del Campo, por el norte, hasta Aldea del Cano, por el sur, con un extremo este cercano a Plasenzuela.

Por ello, y aunque se estima que no se causan daños significativos al medio ambiente, se obliga a tomar medidas que no sólo protejan, sino que mejoren el hábitat natural. Entre estas medidas se incluirían la definición, de acuerdo con el órgano gestor de la Zepa, del tratamiento a los cerramientos del trazado, la mejora de los tejados en la zona para favorecer el anidamiento del cernícalo primilla y la construcción de charcas para mejorar la capacidad de acogida para las aves.

Además, obliga al trasplante de alcornoques y encinas que se vean afectados por el trazado, y a la demolición de las partes de la actual calzada que queden sin uso, para recuperar el suelo y a construir pasos para animales y pantallas antirruido.

PROPUESTO POR ADENEX

En cuanto a los trazados, el estudio ambiental se decanta por las alternativas preferidas por organizaciones ecologistas como Adenex, que mostraron su deseo de que en el tramo próximo al casco urbano de Cáceres la autovía se desviase hacia el norte, como lo hace ahora el actual trazado de la N-521, y empalmase con la Autovía de la Plata entre la capital cacereña y Casar de Cáceres.

Por su parte, el ayuntamiento se mostró partidario de la opción sur, por Sierra de Fuentes, hasta enlazar cerca de Valdesalor.

En el tramo interurbano oeste (el más próximo a Cáceres), el carril izquierdo de la autovía irá sobre el trazado de la carretera actual, mientras que en el este también se orienta hacia la alternativa norte, de manera que el viaducto sobre el río Tamuja sea de menor longitud. Finalmente, en la parte más cercana a Trujillo se opta por la solución 2, que recorre zonas ya ocupadas por construcciones e infraestructuras.

La futura autovía, que tendrá una longitud de 47 kilómetros y costará alrededor de 90 millones de euros, se incluye en el plan de carreteras de alta capacidad cuyo inicio al menos de obras está previsto como límite en el 2007, lo que supondría, en el peor de los casos, su terminación en el 2010.