Al menos 55 víctimas extremeñas del terrorismo aún no han sido reconocidas como tales y, por tanto, no han recibido la atención y ayuda que les corresponde. Son las que tiene identificadas la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo (AEVT), según manifestó ayer su presidente, Santiago Moriche, en la segunda jornada celebrada por esta organización, que tuvo lugar en Cáceres. Junto con esta reivindicación, la AEVT solicita que las indemnizaciones --que dependen del Gobierno central-- no resulten discriminatorias, así como que se construyan en los municipios de la región monumentos a las víctimas en los que poder rendirles homenaje.

Precisamente en un homenaje se convirtió la inauguración del encuentro, que contó con la presencia de muchas autoridades, entre ellas el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira. Ambos coincidieron en destacar la contribución de las víctimas del terrorismo al fortalecimiento de la democracia, algo que, según el presidente extremeño, deja a la sociedad "en deuda" con ellas, por lo que les pidió que denuncien cuando "detectéis frialdad o veáis que no hacemos todo lo que está en nuestras manos".

Por su parte, Pereira reconoció a las víctimas que "habéis dado mucho y algunos lo habéis dado todo", por lo que consideró "de justicia" que la ley integral de atención a las víctimas del terrorismo, en la que trabaja actualmente el Gobierno, "esté en esta legislatura". Antes, el director general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, José Manuel Rodríguez, había detallado parte de la labor que el Ejecutivo central desarrolla actualmente, como "el apoyo constante a las víctimas de los atentandos del 11-M", que incluye el abono de las indemnizaciones que no pueden pagar los asesinos, por ser insolventes, y que alcanza los 320 millones de euros.

200 FAMILIAS En Extremadura hay actualmente 200 familias afectadas por el terrorismo, según aseguró el presidente de la Junta. Es la cifra que maneja también el presidente de la AEVT, pero que matiza que dentro de ellas hay en torno a 55 personas que bien no han sido todavía reconocidas como víctimas del terrorismo o que no han obtenido todas las ayudas que les corresponden. En muchos casos, explica Moriche, son personas que padecieron un atentado antes de 1984 (año en el que comenzaron a concederse indemnizaciones). A su juicio, tanto este problema como la discriminación que provoca la concesión de algunas indemnizaciones ("unas víctimas reciben más ayudas que otras"), son consecuencia de la mala aplicación de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo, por lo que espera que se subsanen en la nueva ley de atención integral a las víctimas.

Finalmente, la AEVT reivindica la construcción de monumentos en honor a las víctimas del terrorismo. El objetivo, detalla Moriche, es acudir a ellos para celebrar homenajes en ocasiones como la conmemoración de los atentados del 11-M. Muestras de respeto que se quedan cortas si se tiene en cuenta que, como aseguró el presidente de la Junta, "la fortaleza de nuestra democracia no la dan las armas, la fortaleza nos la dais vosotros".