Cómo se puede tener tanta cara e impartir un curso con el título de este artículo o publicar un libro o incluso escribir un artículo como estoy haciendo yo. Perdona por el título querido lector. Mejorar la escucha es mejorar la humildad y esto no se consigue yendo a un curso, leyendo un libro amarillo de autoayuda que odio o leyendo este artículo.

Hablamos de una de las cualidades mayúsculas del ser humano. De hecho esta palabra se debería escribir siempre con mayúsculas. Estoy convencido, y mira a tu alrededor, que con los amigos o conocidos que más te gusta estar son aquellos que saben escuchar. Hay tan pocos.

¿Y si tuvieras un jefe escuchador?. Yo no me cambiaría de empresa. Escuchar es ayudar. Escuchar es aceptar al otro como otro diferente. Es darle oportunidades para que te aporte otros puntos de vista diferentes al tuyo. Como padres, no sabemos. Como docentes, menos. Como jefes, ni te cuento. Parece que son tres palabras asociadas al consejo. Y como todo consejo, en una única dirección. De mi (jefe, maestro o padre) a ti (colaborador, alumno o hijo). Pero nunca en sentido contrario. Es increíble, pero vender tiene que ver más con escuchar que con hablar. Vender podríamos decir que es escuchar.

Vayamos a la realidad de la empresa. ¿Cómo se consiguen mejores resultados, escuchando o mandando?. No es tan clara la respuesta. En los libros amarillos de autoayuda pone que escuchando. Mienten. Por eso son tan malos. Y por eso los odio. La realidad en general es contraria: mandando. Miente la realidad, pero menos. ¿Cuál es la respuesta?. La respuesta es decepcionante. Depende.

Si te interesa como argumento este depende, cómprate el periódico la semana que viene. Te decepcionaré, como los libros de autoayuda o la realidad, pero al menos el Director de nuestro periódico me lo agradecerá.

Y tú, ¿escuchas?