Los niños emeritenses no olvidaran la noche de ayer por dos razones: por ser la de la ilusión de la llegada de los Reyes Magos y por el séquito policial que acompañó a los Magos de Oriente a su llegada al ayuntamiento. La concentración de los agentes locales, en protesta contra el equipo de gobierno por sus condiciones laborales, marcó la presencia de Melchor, Gaspar y Baltasar, que se vieron custodiados por una guardia pretoriana en la puerta del consistorio, donde los policías les hicieron un pasillo y echaron a un lado las numerosas tiendas de campaña donde han pasado ya tres noches, soñando que los Reyes Magos les traigan mejores armas, vehículos, transmisores, sueldos más acordes...

Sin embargo, esa extraña circunstancia no empañó una noche mágica y Sus Magestades, previo saludo a los agentes de la autoridad local, terminaron la cabalgata real saludando desde el balcón del ayuntamiento pasadas las nueve de la noche.

Antes, desde las 17.30 horas, y precedidos por varias motocicletas de la Guardia Civil --novedad este año, marcado por la carga policial -- recorrieron varias calles del centro de la ciudad repartiendo 6.500 kilos de caramelos (sin gluten, para que los niños celíacos también puedan degustarlos sin problemas) y llenando de ilusión a los miles de niños y mayores que les acompañaron durante su recorrido. No se olvidaron de los necesitados, y por la mañana visitaron el asilo de ancianos, la residencia geriátrica El Prado, el centro de transeúntes y el psiquiátrico.

Hoy habrá regalos para todos, incluso para los policías...