El secretario general de UGT, Cándido Méndez, criticó ayer la "resignación" y la "parálisis" en la que se encuentra el Gobierno ante los 6,2 millones de parados y le ha advertido de que las "reservas morales y emocionales" se están agotando, lo que puede desembocar en un "estallido social".

En declaraciones a los periodistas antes de inaugurar la nueva sede de UGT en Mérida, Méndez alertó del "fracaso absoluto" de las políticas de reducción del déficit emprendidas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, a quien dijo que no puede actuar como un "mero contable, cuentaparados o cuentacuentos".

Así, insistió en la necesidad de invertir las prioridades y abandonar la política de "recortes excesivos" del déficit que ha sido un "fracaso".

Méndez advirtió que detrás de cada décima de déficit hay 270.000 parados más, por lo que insta al Gobierno central a marcarse como prioridad "el empleo y las personas" porque así se "combatirá de una manera más eficaz la crisis económica" y se "amortiguarán los tremendos sacrificios" de la población española.

Además, el secretario general de UGT criticó la "doble hipocresía" de las instituciones europeas al mostrar su preocupación por la alta tasa de paro en España pero, a su vez, insistir en sus apuesta por la política de ajustes.

En este sentido, abogó por aprovechar el 1 de mayo para mandar un mensaje "muy potente" a Bruselas y a Berlín de que "el pueblo español no se resigna".

Respecto a la organización sindical, Méndez invitó a sus compañeros a "rectificar algunos de sus comportamientos" y situar como "epicentro del sindicato a los afiliados y representantes en los centros de trabajo".